Más de cinco millones de israelíes están llamados a acudir hoy a las urnas en unas elecciones generales clave para el futuro de Israel. Los últimos sondeos publicados el lunes dan la victoria al Kadima del primer ministro en funciones Ehud Olmert con entre 33 y 36 escaños, por debajo de los 40 que el propio partido esperaba obtener. Mientras, la escasa diferencia que separa a laboristas y Likud hace augurar que los indecisos jugarán un papel decisivo a la hora de configurar el futuro gobierno. Además, se da una novedad importante, y es que, según el Canal 2 de la televisión israelí, Israel Beitenu, que hasta ahora contaba con tres escaños, sobrepasa al Likud en número de diputados y le desplaza como primera fuerza nacionalista por primera vez en la historia del país. En esta ocasión se teme una abstención mayor de lo habitual debido a la situación política especialmente compleja que atraviesa Israel: el anterior primer ministro electo, Ariel Sharon, fundador de Kadima, permanece en coma y sin indicios de recuperación; ningún gobierno se declara dispuesto a retomar las negociaciones de paz con los palestinos tras la victoria de Hamás, a menos que el grupo renuncie al terrorismo; y el jefe del Gobierno en funciones ha puesto sobre la mesa la propuesta de fijar en cuatro años las fronteras definitivas de Israel, retirándose de parte de Cisjordania. La composición del futuro gobierno será clave para este proyecto. En el sondeo del 'Haaretz', el Kadima se haría con 36 escaños, mientras que 'Maariv' y 'Yediot Aharonot', le otorgan 34 escaños, y el 'Jerusalem Post' entre 33 y 34. Mientras, este último sondeo sitúa a los laboristas, con 20-21 escaños, como segunda fuerza, por delante del Likud con 15 escaños. Pero otros sondeos colocan a los laboristas por debajo de esta cifra: el 'Maariv' con 17, el 'Haaretz' con 18, mientras que el 'Post' llega hasta los 21. Según el 'Yediot Aharonot', el Likud de Netanyahu obtendría 13 escaños, mientras que tanto 'Haaretz' como 'Maariv' le dan 14, lo que contrasta con los 12 que obtendría según el sondeo realizado por el Canal Dos de la televisión israelí. Pero el mayor contraste en cuanto a la diferencia de resultados lo presenta el partido Israel Beiteinu de Avigdor Lieberman, al que el Canal Dos le otorga hasta quince escaños -situándole como tercera fuerza por delante del Likud-, mientras que el 'Haaretz' le da siete escaños, dos menos que con respecto a encuestas anteriores. En otros diarios, el partido, que tiene su base en los inmigrantes rusos, obtendría doce escaños.
22% de indecisos
Según el sondeo realizado por 'Haaretz', todavía hay 28 escaños en juego puesto que un 22% del electorado aún no ha decidido a qué fuerza política votar, y sólo un 65% está cien por cien seguro de que acudirá a las urnas. Los laboristas esperan que los indecisos les lleven a lograr un mejor resultado que el que le otorgan los sondeos. Por su parte, el Kadima teme que el 'voto táctico' de los electores para garantizar que los laboristas sean su socio de coalición podría hacerles perder algún escaño. Para controlar la Knesset, el Parlamento unicameral de 120 escaños, el partido que aspire a gobernar necesita el apoyo de la mitad más uno de los diputados, 61. Así las cosas, es posible que Olmert no tenga suficiente con el apoyo del laborismo y el partido de izquierda Meretz, de Yossi Beilin que, según la encuesta del 'Haaretz' -la más favorable al Kadima-, obtendrá seis escaños. Kadima tendría que optar entonces por una coalición más amplia que incluya a la ultraderecha, o bien atraerse a los partidos menores y dejar fuera tanto al Likud como al laborismo. En los últimos días responsables del partido han admitido que tal vez fue un error dar las elecciones por ganadas, una actitud que ha podido empujar a algunos votantes a buscar el voto útil en otros partidos.
Legado de Sharon
El Kadima es el legado del primer ministro Ariel Sharon, en coma desde que el pasado 4 de enero sufrió un grave infarto cerebral, y Olmert ha dejado claro que seguirá su senda. De hecho, las elecciones tendrán un tinte plebiscitario respecto al primer gran proyecto de Olmert: retirarse de manera unilateral de parte de Cisjordania y definir las fronteras definitivas con los palestinos. Al igual que antes de cada evento de envergadura, las fuerzas de seguridad israelíes están ya en alerta, especialmente en Jerusalén, donde más de 22.000 efectivos uniformados y de paisano se desplegarán en lugares sensibles. La Explanada de las Mezquitas -el Monte del Templo para los israelíes- estará cerrado mañana a los visitantes. Israel teme especialmente ataques a cargo de Yihad Islámica y de Al Fatá desde Cisjordania.
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