domingo, abril 09, 2006

Tres futuros distintos se juegan hoy en Perú

En un clima cargado de incertidumbre, con sondeos de última hora que hablan de un virtual empate técnico entre los tres principales candidatos, más de 16 millones de peruanos estarán hoy en condiciones de ir a las urnas para elegir a su próximo presidente y a los 120 miembros del congreso unicameral, en unas elecciones que podrían torcer el rumbo económico del país y alterar las relaciones de Lima con el resto del continente. Los peruanos deberán optar entre un militar retirado con un pasado golpista y declarado admirador del presidente venezolano, Hugo Chávez; una mujer que favorece el libre mercado, que aspira a ser la primera presidenta de su país, y un ex presidente de centroizquierda con un conflictivo pasado. Las principales encuestadoras dan por descontado que ninguno de los tres -el nacionalista Ollanta Humala, la conservadora Lourdes Flores y el ex mandatario Alan García- obtendrá más del 50 por ciento de los votos, por lo que será necesario ir a una segunda vuelta, prevista para fines de mayo o principios de junio próximo. Según todos los sondeos, Flores derrotaría tanto a Humala como a García en un eventual ballottage, mientras que una definición entre el militar retirado y el ex presidente sería en esa instancia mucho más reñida: las encuestas están divididas respecto de quien ganaría. Lo que está en juego en estos comicios es el modelo de país que regirá el destino de los peruanos en los próximos cinco años. Una opción es la continuidad del esquema económico que permitió crecer a Perú a niveles récord en los últimos cinco años, pero que no pudo reducir la pobreza y el desempleo, alternativa representada por Flores. Otra, el cambio radical que promete Humala, que afirma que nacionalizará los sectores estratégicos de la economía. Y, en medio de ellos, García se presenta como una alternativa de centro frente a lo que él considera es la "candidata de los ricos" y el "salto al vacío", mientras intenta borrar de la memoria de los peruanos el caos económico que dejó en su país cuando abandonó el poder, en 1990. Al misterio que rodea a estos comicios de final incierto se suma el temor de muchos peruanos ante la posibilidad de que Humala, candidato con dudosas credenciales democráticas, según sus detractores, logre llegar a la Casa de Pizarro, sede de la presidencia. Aunque sigue al frente de las encuestas, el dirigente nacionalista sufrió un leve descenso en los últimos días, acorralado por denuncias que lo vinculan al repudiado asesor del ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), Vladimiro Montesinos, preso por corrupción. Las cifras En efecto, las dos últimas encuestas, publicadas anteayer, mostraron una caída en la intención de voto para el teniente coronel retirado, que hasta hace una semana contaba con el 33%. Según un sondeo de Datum, Humala cuenta con el 26% de las preferencias, mientras que García y Flores obtienen un 24% cada uno, lo que equivale a un empate técnico entre los tres candidatos. Otra encuesta de la Universidad de Lima le dio a Humala un 29%, contra un 25,6% para la candidata conservadora y un 22% para García. Un factor importante es el gran número de indecisos -entre el 10 y el 20 por ciento, según distintas encuestas-, que agrega aún más incertidumbre. Como para sumar más tensión al ambiente ya inquieto que se vive aquí, los analistas advirtieron ayer sobre una posible reacción violenta de sectores humalistas si su líder, que en el pasado advirtió sobre la posibilidad de un fraude, no accede a la segunda vuelta. Otra preocupación de la que se oía hablar ayer en Lima tiene que ver con que, según los sondeos, ninguna de las fuerzas en pugna tendrá mayoría propia en el próximo Congreso, lo que podría generar un fuerte factor de inestabilidad en el futuro gobierno. El gran ausente en estos comicios es el presidente Alejandro Toledo, que dejará el poder en julio próximo entre los aplausos de los inversores, por la fuerte expansión económica que vivió el país durante su gestión -cuando creció a un promedio del 4,5% anual- y el rechazo de la mayoría de la población, que no pudo beneficiarse con ese crecimiento. Acosado por una impopularidad que el año pasado llegó a sólo el 8%, el vapuleado mandatario no pudo siquiera presentar un candidato propio en estos comicios. Durante su mandato, Toledo no logró reducir la pobreza -que afecta al 48% de los peruanos-, ni el desempleo, que, sumado al subempleo, supera el 50%, pese a que las últimas cifras oficiales sitúa al primero en un 9%. Tampoco lo ayudaron los escándalos de corrupción que provocaron la renuncia de siete de sus ministros e involucraron a 19 miembros de su familia. La sombra que sí está presente en esta campaña es la de Fujimori, preso en Chile a la espera de un proceso de extradición a Perú por supuestas violaciones de los derechos humanos y corrupción. La hija del ex mandatario, Keiko Fujimori, lidera las encuestas para ocupar una banca en el Congreso y su candidata a la presidencia, Martha Chávez, está quinta en los sondeos, detrás del ex presidente interino Valentín Paniagua. Estas elecciones son miradas con atención en América latina, ya que los tres candidatos más importantes parecen haberse alineado con las principales tendencias que recorren la región: mientras Humala se identifica con Chávez, Flores no oculta su admiración por el presidente colombiano Alvaro Uribe y García dice que se identifica con el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y el uruguayo Tabaré Vázquez. Quien finalmente obtenga la presidencia recibirá la herencia dejada por Toledo y atender los problemas que más preocupan: la pobreza, el desempleo y la inseguridad. Otros desafíos serán manejar las difíciles relaciones con Chile y decidir qué hacer con el Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos. Por ahora, los desafíos están a la espera. Para los candidatos, el reto inmediato está hoy, en el veredicto de las urnas.

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