miércoles, mayo 10, 2006

Chávez: la silla vacía

Todo estaba listo el lunes pasado en Costa Rica para un diálogo entre los presidentes de Colombia, Venezuela y Ecuador – auspiciado por el recién posesionado mandatario del país centroamericano, Óscar Arias–, cuando el imprevisible Hugo Chávez arrojó un simbólico baldado de agua fría a sus colegas con el doble anuncio de que no viajaría a San José por estar “muy ocupado”, y de que su gobierno abandonará el Grupo de los Tres, el acuerdo comercial firmado en 1994 por Colombia, México y Venezuela.
Este nuevo golpe de Chávez a un esquema de integración que involucra a Colombia ocurre cuando aún está fresco el que dio el 23 de abril pasado al notificar oficialmente el retiro de Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), la heredera del Pacto Andino, firmado hace 37 años.Cuál será el próximo paso de la peculiar diplomacia de Chávez es algo que se deben estar preguntando en las cancillerías de todo el continente. Armado de su retórica bolivariana y antiimperialista, por un lado, y por otro, de su abultada chequera de petrodólares, el presidente venezolano sigue dando que hablar con sus salidas, en las que no ha sido ajeno a ninguno de los temas calientes que se ventilan en América Latina: los TLC con Estados Unidos, la ruptura del bloque andino, la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia y las elecciones presidenciales en varios de sus vecinos, en las que ha tomado partido: en Bolivia, por Evo Morales; por Daniel Ortega, en Nicaragua; por Andrés Manuel López Obrador, en México, y por Ollanta Humala, en el Perú.
Todo esto al precio de duras confrontaciones con Estados Unidos y gobiernos como el peruano, con el cual Venezuela está hoy al borde de romper relaciones diplomáticas. Tras dejar su silla vacía en Costa Rica, Chávez inició un largo viaje a Europa, con una visita al Vaticano, donde será recibido hoy por el papa Benedicto XVI. De allí seguirá a Viena para participar, con otros mandatarios latinoamericanos, en la cumbre de la Unión Europea y América Latina. Una reunión con tintes surrealistas, pues en ella se examinará el estado de las relaciones entre la UE y la moribunda CAN, el Mercosur (tampoco exento de problemas) y el Sistema de Integración Centroamericano. El periplo incluirá después al Reino Unido, Libia y Argelia, y terminará en Bolivia. Como el presidente Álvaro Uribe no irá a la cumbre de Viena, pasará un tiempo antes de que se pueda organizar una reunión con Chávez como la que se había planeado en Costa Rica. Ojalá esta se cumpla lo más pronto posible, para despejar de obstáculos una relación que es vital para ambos países. Y que, precisamente por eso, no puede estar sometida –aun sin la CAN o el G-3– a los vaivenes que produce con tanta frecuencia la peculiar diplomacia del mandatario venezolano.
Editorial del diario El Tiempo de Bogotá

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