En un referéndum celebrado hoy, el 68% de los votantes se expresó a favor de hacer más estrictas las normativas de asilo. La nueva legislación prohíbe la entrada al país de extranjeros no europeos sin contrato de trabajo. Y admite que quienes se hagan pasar por refugiados puedan ser encarcelados hasta por dos años. Los votantes suizos ratificaron las nuevas leyes de asilo e inmigración, haciendo más difícil que los refugiados reciban asistencia e impidiendo que los trabajadores no calificados que no sean europeos se trasladen a ese país.
El 67,8% de los votantes sufragó en favor de las normativas de asilo más estrictas, aprobadas por el gobierno suizo en diciembre, informó la oficina del gobierno federal al anunciar los resultados oficiales del referéndum. La propuesta para endurecer la legislación sobre inmigración fue aceptada por una abrumadora mayoría en los 26 cantones suizos. Una de las razones que arguyen los defensores de las medidas es que aliviará el desempleo, que se ha incrementado a un 5,5%.
Entre sus puntos, la nueva ley prohíbe la entrada a Suiza de los extranjeros no europeos que no sean contratados para un trabajo preciso. Los candidatos deben probar que disponen de calificaciones profesionales específicas y que ningún trabajador nativo o europeo puede ocupar ese puesto en su lugar. El gobierno sostiene que la ley fue diseñada para impedir los abusos al sistema de los refugiados que buscan quedarse indefinidamente en Suiza. Y se reserva el derecho de negarle beneficios sociales a aquellas personas que se nieguen a salir del territorio aunque hayan sido rechazadas sus solicitudes. Otro de los puntos de la legislación estipula que los adultos que se hagan pasar por refugiados podrán ser encarcelados por hasta dos años, y los niños durante uno, incluso cuando nunca sean acusados por un delito. "Tomamos nota de los resultados del referéndum y lamentamos que haya sido adoptado'", expresó William Spindler, portavoz de la agencia de refugiados de las Naciones Unidas.
El organismo, cuya sede está en Ginebra, criticó la ley por considerarla una de las más estrictas de Europa. De un total de 7,3 millones de habitantes, Suiza cuenta con más del 21% de extranjeros. El año pasado recibió casi 19.000 demandas de asilo, la cifra más baja en 20 años. Los críticos consideran que los nuevos requerimientos cerrarán las puertas a las víctimas de la guerra y la persecución, que no pueden presentar documentos de identidad válidos en un plazo de 48 horas tras haber ingresado al país, como demanda la normativa. Más del 20% de las personas que actualmente viven en Suiza son extranjeras, una de las tasas más elevadas del mundo. Asimismo, más de la mitad de todos los extranjeros proviene de países no europeos, que según los opositores de la ley recibirán un estatus de inmigrantes de segunda clase.
El 67,8% de los votantes sufragó en favor de las normativas de asilo más estrictas, aprobadas por el gobierno suizo en diciembre, informó la oficina del gobierno federal al anunciar los resultados oficiales del referéndum. La propuesta para endurecer la legislación sobre inmigración fue aceptada por una abrumadora mayoría en los 26 cantones suizos. Una de las razones que arguyen los defensores de las medidas es que aliviará el desempleo, que se ha incrementado a un 5,5%.
Entre sus puntos, la nueva ley prohíbe la entrada a Suiza de los extranjeros no europeos que no sean contratados para un trabajo preciso. Los candidatos deben probar que disponen de calificaciones profesionales específicas y que ningún trabajador nativo o europeo puede ocupar ese puesto en su lugar. El gobierno sostiene que la ley fue diseñada para impedir los abusos al sistema de los refugiados que buscan quedarse indefinidamente en Suiza. Y se reserva el derecho de negarle beneficios sociales a aquellas personas que se nieguen a salir del territorio aunque hayan sido rechazadas sus solicitudes. Otro de los puntos de la legislación estipula que los adultos que se hagan pasar por refugiados podrán ser encarcelados por hasta dos años, y los niños durante uno, incluso cuando nunca sean acusados por un delito. "Tomamos nota de los resultados del referéndum y lamentamos que haya sido adoptado'", expresó William Spindler, portavoz de la agencia de refugiados de las Naciones Unidas.
El organismo, cuya sede está en Ginebra, criticó la ley por considerarla una de las más estrictas de Europa. De un total de 7,3 millones de habitantes, Suiza cuenta con más del 21% de extranjeros. El año pasado recibió casi 19.000 demandas de asilo, la cifra más baja en 20 años. Los críticos consideran que los nuevos requerimientos cerrarán las puertas a las víctimas de la guerra y la persecución, que no pueden presentar documentos de identidad válidos en un plazo de 48 horas tras haber ingresado al país, como demanda la normativa. Más del 20% de las personas que actualmente viven en Suiza son extranjeras, una de las tasas más elevadas del mundo. Asimismo, más de la mitad de todos los extranjeros proviene de países no europeos, que según los opositores de la ley recibirán un estatus de inmigrantes de segunda clase.
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