La Unión Europea ha decidido ampliar dos semanas el plazo diplomático para que Irán deje claro si va a detener su programa nuclear o, por el contrario, piensa seguir adelante con sus planes de enriquecimiento de uranio. En ese periodo, el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, se entrevistará con las autoridades iraníes para tratar de sacar algo en limpio de la respuesta de éstas al ultimátum de la UE y Estados Unidos.
Solana se reunirá la semana que viene con el jefe de los negociadores iraníes para esta cuestión, Ali Larijani, con el fin de discutir el documento de 22 páginas con el que Teherán respondió a la oferta de la comunidad internacional. Así lo ha anunciado esta mañana el ministro esloveno de Asuntos Exteriores, Dimitrij Rupel, tras la reunión que han mantenido los responsables de los Veinticinco en la ciudad finlandesa de Lappeenranta.
Por su parte, el ministro español, Miguel Angel Moratinos, ha afirmado antes de ese encuentro que tanto la UE como la comunidad internacional deben dar una respuesta “unitaria” a Teherán, y ha apostado por “agotar los esfuerzos diplomáticos” en este contencioso. En su opinión, las autoridades iraníes deben responder “favorablemente” a la oferta “constructiva” que le hizo la UE para que abandonaran su programa nuclear.
En el lado contrario de la cancha se encuentra Estados Unidos, partidario de iniciar ya la vía de las sanciones. Teherán se ha negado hasta el momento a suspender su programa de enriquecimiento de uranio, tal y cómo le ha exigido Naciones Unidas. Las autoridades iraníes defienden su derecho a desarrollar las posibilidades energéticas de sus instalaciones nucleares para uso civil, pero la comunidad internacional teme que su objetivo último sea obtener la bomba atómica.
El pasado 31 de agosto venció el plazo de Naciones Unidas para que Irán respondiera de forma positiva a los requerimientos internacionales. El embajador de EE UU ante la ONU, John Bolton, apremió ayer a la UE para que convenza al Gobierno iraní en una semana o de lo contrario promoverá el inicio de la vía de sanciones. El próximo día 7, los representantes de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EE UU, Rusia, China, Francia y Reino Unido), de Alemania y de la UE se reunirán en Berlín para analizar la situación. La aplicación de las sanciones requiere la unanimidad de los miembros permanentes. Rusia y China creen que aún no ha llegado el momento de las sanciones y exigen también más negociaciones.
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