sábado, octubre 21, 2006

LAS CIUDADES DEL FUTURO: Grandes urbes a la intemperie

Las megalópolis del mañana proyectan un mapa en el que ricos y pobres están separados por muros sociales y de cemento. Unos se refugian en barrios hipercontrolados, otros viven en villas miseria y la clase media sobrevive en busca de su territorio. Inseguridad, ausencia de servicios y consumo desmedido caracterizarán a muchas ciudades globales del siglo XXI.Vivir detrás de las muros o bajo las chapas. Pareciera que en los planos de las ciudades de la arquitectura global no hubiera zonas intermedias, sólo intemperie. Hay una tendencia preocupante de un rumbo urbanístico que olvida los derechos de la mayoría y plantea privilegios para un grupo creciente, pero elitista, de ciudadanos. El dilema no es exlusivamente latinoamericano ni del Tercer Mundo, invade las ciudades polarizadas y las que van en ese camino.
Las ciudades amuralladas y las villas miseria se transformaron en el blanco y negro de un planeta al que le cuesta admitir matices. Dos ejemplos extremos pero concretos: en Dubai se está erigiendo un refugio contra la inseguridad sobre el mar del golfo Pérsico. Es un archipiélago de 300 islas artificiales que componen un verdadero mapamundi rodeado de una sofisticada barrera protectora donde se construyen residencias, centros comerciales y hoteles. Cada isla representa un país, todas componen un mundo ideal fortificado para que lo exterior no entre. Es una ciudadela medieval sobre el mar. Segunda caso, Ciudad Juárez, México. Allí sólo se garantiza violencia y muerte en un terreno dominado por los narcos y las bandas de traficantes de personas. Son las mujeres el blanco de esta violencia en un espacio abierto donde no hay dónde refugiarse. En la última década más de 500 mujeres han sido asesinadas. Pero no sólo se conocen modelos abruptamente diferentes de metrópolis, también hay otros donde la riqueza y la pobreza conviven en una tensión ilimitada. De ellos da cuenta la X Bienal de Arquitectura de Venecia que está trabajando tres características comunes a catorce megalópolis. Inseguridad, ausencia de servicios y consumo desmedido son las señales de alarma que en algún punto también padecen algunas ciudades argentinas.Ricos y pobresLas tres características citadas por los organizadores de la Bienal evidencian la profundización de la brecha entre ricos y pobres: extremos de una pirámide social abstracta que también habitan en las márgenes reales de las ciudades; unos viven amurallados, aislados y protegidos de la sociedad por voluntad propia y otros, en barrios precarios, villas y favelas latinoamericanas arrojados y expuestos a los riesgos de la época.

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