Con la aprobación de la "Declaración de Montevideo" y una docena de declaraciones especiales sobre asuntos puntuales, quedó clausurada esta mañana la XVI Cumbre Iberoamericana, que se desarrolló durante tres días en la capital uruguaya. Bien temprano, los representantes de los 22 países iberoamericanos volvieron a reunirse en el primer piso del Hotel Radisson para la tercera y última sesión plenaria del encuentro, que comenzó el viernes. La reunión terminó con la palabra del presidente uruguayo Tabaré Vázquez, quien citó un cuento de Juan Rulfo sobre la miseria y dijo que en esta cumbre se ha ratificado que la pobreza "puede y debe ser eliminada" de la región. Además, el mandatario anfitrión valoró la introducción del tema de las migraciones en la agenda internacional. "Quien se va de un país en esas condiciones no lo hace ni por deporte ni por aventura", resaltó al respecto.
Uno de los primeros discursos de la jornada fue el del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, quien pidió "una atención especial" para Haití y que la comunidad iberoamericana se involucre en el proceso de su reconstrucción de ese país. "Ser comunidad y tener una institucionalidad nos permite decir que no hay ningún rincón de Iberoamérica en que no esté activo. Pienso en el Caribe, en Haití, el país que más nos duele de la comunidad iberoamericana", expreso el mandatario durante su intervención. Y agregó: "Varios países iberoamericanos hemos colaborado en el proceso de estabilización, y ahora debemos hacer el de reconstrucción".
Por su parte, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, instó a sus pares iberoamericanos a que el próximo encuentro, previsto para noviembre de 2007 en Santiago de Chile, permita consensuar "políticas sociales poderosas" para enfrentar las desigualdades sociales en esta región.
Uno de los primeros discursos de la jornada fue el del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, quien pidió "una atención especial" para Haití y que la comunidad iberoamericana se involucre en el proceso de su reconstrucción de ese país. "Ser comunidad y tener una institucionalidad nos permite decir que no hay ningún rincón de Iberoamérica en que no esté activo. Pienso en el Caribe, en Haití, el país que más nos duele de la comunidad iberoamericana", expreso el mandatario durante su intervención. Y agregó: "Varios países iberoamericanos hemos colaborado en el proceso de estabilización, y ahora debemos hacer el de reconstrucción".
Por su parte, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, instó a sus pares iberoamericanos a que el próximo encuentro, previsto para noviembre de 2007 en Santiago de Chile, permita consensuar "políticas sociales poderosas" para enfrentar las desigualdades sociales en esta región.
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