Scotland Yard intenta aclarar la muerte por intoxicación radiactiva del ex espía ruso Alexander Litvinenko, quien culpó del supuesto crimen al presidente de Rusia, Vladimir Putin, en un caso que ha evocado las intrigas de la Guerra Fría. "Nuestra investigación continúa", se limitó a confirmar una cauta portavoz de la Policía, que de momento no habla oficialmente de asesinato, sino de una muerte "inexplicada".
La brigada antiterrorista de Scotland Yard, que se ha hecho cargo de las pesquisas, busca testigos que puedan aportar pistas sobre el suceso, mientras analiza películas de cámaras de seguridad que hayan podido grabar de alguna manera el rostro del presunto asesino. La citada portavoz recordó también que el Gobierno británico ha instado al Kremlin a colaborar con Scotland Yard, pese a que Moscú ha negado rotundamente cualquier implicación en el envenenamiento de Litvinenko, conocido por sus ácidas críticas a Putin. Según publica 'The Times', que cita fuentes de las fuerzas de seguridad,el MI5 y el MI6, los servicios de espionaje interior y exterior británicos, respectivamente, están ayudando a la Policía con el fin de esclarecer "una muerte sin precedentes" en este país. Hasta la fecha, Scotland Yard no ha practicado ninguna detención en relación con el suceso, en tanto que el llamado 'Comité Cobra' —comisión de crisis que integra a miembros del Gobierno, la Policía y los servicios secretos— analizó el caso por segunda vez.
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