viernes, diciembre 29, 2006

Tres millones de musulmanes inician la peregrinación anual a La Meca

Cerca de tres millones de musulmanes de todo el planeta han comenzado el rito de la peregrinación o Hach en la ciudad sagrada saudí de La Meca, que este viernes llegará a su clímax cuando suban al monte Arafat. Con el unánime grito de "Labbaik allahumma labbaik" (Aquí estoy, Señor), los fieles se se han dirigido a la localidad de Mina, en La Meca, donde pasarán el día y la noche dedicados al rezo, la meditación y el recogimiento. Todos ellos habían dado siete vueltas alrededor de la Kaaba, un edificio cúbico construido por Abraham, según la tradición islámica, hacia donde los musulmanes de todo el mundo dirigen sus cinco plegarias diarias.






Las autoridades saudíes han construido este año una nueva red de carreteras y puentes para facilitar el viaje de los millones de peregrinos a pie y en vehículos desde La Meca, donde se encuentra la Kaaba, hasta la vecina Mina. Además, han sido establecidos decenas de hospitales móviles en Mina y puestos en alerta los existentes para ayudar a los peregrinos. Hoy está previsto que los peregrinos vayan al monte Arafat para realizar oraciones durante el mediodía y la tarde. Los rituales exigen que permanezcan allí hasta la puesta de sol, ya que ese momento fue el elegido por el profeta Mahoma para pronunciar sus palabras de despedida. Tras cumplir estos rituales, los peregrinos deberán dirigirse a Muzdalifa, lugar elegido para hacer las oraciones nocturnas y recoger unas piedras que utilizarán al día siguiente.
Dispositivo de seguridad
Para que no haya ningún tipo de incidentes, las autoridades saudíes han desplegado este año un importante dispositivo de seguridad y varios agentes se encargarán de ordenar el tráfico de vehículos y personas hacia el monte Arafat. Entre las autoridades saudíes existe un especial temor de que las habituales aglomeraciones que se ocasionan en la subida a este famoso monte ocasionen alguna tragedia. Por eso el Gobierno saudí ha elaborado un plan de acción que prevé la presencia de noventa ambulancias y numeroso personal especializado en casos de emergencia. En el tercer día de la peregrinación, los fieles deben volver a Mina después de rezar la oración matutina. Ese día coincide con la fiesta del Sacrificio (Aid Al Adha), que marca el final de la peregrinación y conmemora el sacrifico realizado por Abraham a Dios. Los peregrinos recorren los trescientos metros que separan Mina del lugar donde se supone que, de acuerdo con la tradición árabe, el profeta Abraham iba a sacrificar a su hijo Ismael.

En el recorrido se encuentran los tres pilares que hacen referencia a otros tantos puntos en los que el demonio intentó persuadir al profeta Abraham para que no degollara a su hijo, tal y como se lo había exigido Dios. Los peregrinos lanzan contra los pilares las piedras recogidas en Muzdalifa y más tarde muchos compran corderos u otros animales para sacrificarlos. Una vez finalizados todos estos rituales, los dos millones de peregrinos vuelven a la Kaaba para volver a dar siete vueltas, comúnmente conocidas como Safa y Marwa. Para concluir el ritual del Hach, los peregrinos dan la última vuelta, denominada la del adiós, y solo entonces están autorizados a salir del estado de ascetismo y hacer otras actividades de la vida cotidiana.

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