La Tierra se ha calentado durante los últimos 100 años 0,74 grados centígrados, y en las próximas décadas lo seguirá haciendo, a un ritmo de 0,2 grados por década. Las temperaturas del Ártico se han incrementado el doble que la media global. Las sequías aumentan en África y el Mediterráneo. La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera es la más alta de los últimos 650.000 años... Ya no son advertencias lanzadas de forma aislada por grupos ecologistas. Lo dice el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC en sus siglas en inglés), que ha presentado hoy su informe sobre la situación de la Tierra, y no puede ser más alarmista. Nos estamos cargando el planeta. La culpa es de los hombres, y muchas de sus consecuencias son ya irreversibles.
El IPCC, auspiciado por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, ha involucrado durante los últimos seis años a unos 3.000 científicos de todo el mundo, cuyas conclusiones se plasman ahora en el cuarto informe que hace público este grupo.
Los gasdes de efecto invernadero son la mayor amenaza para el planeta. (Foto: AFP)
Los expertos utilizan un lenguaje mucho más duro del usado hasta ahora para advertir que el calentamiento global es "muy probablemente" provocado por el hombre, y además el futuro del planeta no es demasiado halagüeño: "el cambio climático es como un tren que ha tomado la salida, y no podrá se podrá parar en siglos", dice el informe.
En su informe de 2001, los científicos concluyeron que era "probable" que las actividades humanas estuvieran provocando daños al planeta, con una probabilidad de entre el 66 y el 90%. Ahora, ese rango se incrementa hasta más del 90%, puesto que los expertos concluyen que las emisiones de gases de efecto invernadero tienen una consecuencia directa e irreversible sobre la superficie del paneta. "Este informe cierra la puerta a todos los que negaban la existencia del cambio climático, y cierra la duda que teníamos de si las actividades humanas estaban relacionadas con él", señaló a la BBC Achim Steiner, director del Programa de Medio Ambiente de la ONU.
La desertización es ya evidente en zonas de África, Australia y el Mediterráneo. (Foto: Reuters)
El estudio ha identificado evidencias de que el cambio climático es un hecho palpable, y afecta a los regímenes de vientos, a las precipitaciones, a la salinidad de los océanos, a las capas de hielo o a los fenómenos climáticos extremos. Los ejemplos son abundantes en todas las páginas del informe. Por citar sólo algunos: las temperaturas del Ártico se han incrementado el doble que la media global; el hielo en esa región ha decrecido un 3% cada década; el deshielo de los glaciares de Groenlandia y la Antártida han propiciado un aumento del nivel del mar de 0,41 milímetros por año entre 1993 y 2003. Y eso sólo en lo referente a los continentes helados.
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