Hasta hace poco distanciados, los presidentes de Uruguay y de Brasil dieron ayer señales de coincidencias políticas y comerciales, en una reunión en Colonia destinada a reforzar la relación bilateral y a dar un nuevo impulso al Mercosur, de la que estuvo ausente la Argentina. En una jornada con muchos mensajes entre líneas, el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, expresó su "gran agradecimiento" por lo que consideró "comprensión del hermano mayor hacia los países de menor economía". Se refería a la promesa de su par de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, de "combatir las asimetrías" que hacen tambalear al Mercosur, que ambos países integran junto con la Argentina, Paraguay y Venezuela.
El objetivo del viaje del mandatario brasileño fue dar vigor a la integración regional, en momentos en que Estados Unidos intenta seducir a Uruguay con un tratado de libre comercio (TLC). Ese TLC, el reclamo de Montevideo y Asunción por lo que ellos creen que son las ventajas comerciales favorables a Brasilia y a Buenos Aires, y la crisis entre Uruguay y la Argentina por las papeleras son tres de los conflictos que hoy amenazan el Mercosur. El de las pasteras fue el único de esos temas que ayer no se trató en Uruguay, como había adelantado el fin de semana el propio Lula. La delegación uruguaya expresó satisfacción por los resultados del encuentro de ayer, porque consideró que había tenido "luz verde" de Brasil para formalizar acuerdos comerciales por fuera del Mercosur. Sin embargo, las representaciones uruguayas y brasileñas evitaron la expresión "tratado de libre comercio"; hablaron de acuerdos comerciales en general e insinuaron que Brasil no pondría obstáculos a Uruguay para que los buscara y firmara.
El 9 del mes próximo, Vázquez recibirá al presidente norteamericano, George W. Bush, en el mismo lugar de la reunión de ayer, la estancia de Anchorena, en Colonia; conversarán sobre la posibilidad cerrar de acuerdos para aumentar el flujo comercial entre los dos países. Bush propuso, en mayo pasado, a Vázquez abrir negociaciones formales para un TLC, pero la resistencia política interna de la coalición de izquierda oficialista y la presión del Mercosur sobre la incompatibilidad de un acuerdo de ese alcance con la integración en la unión aduanera del bloque llevaron al presidente uruguayo a postergar una decisión en ese sentido. Y a fin del año pasado abrió el camino de una negociación lenta que permitió firmar el mes pasado un acuerdo marco para comercio e inversiones (TIFA según la sigla en inglés) que permitirá acuerdos de diversa naturaleza. Vázquez se muestra cómodo en esa postura internacional, más cercano a Chile y Brasil, como un ejemplo de izquierda moderna en el continente, aunque no desecha los lazos con Venezuela, cuyo gobierno respalda proyectos económicos en Uruguay. Más allá de los acuerdos que Vázquez y Lula firmaron ayer en la estancia presidencial ubicada en Colonia, frente a Buenos Aires, la importancia del encuentro fue de tipo político, lo que se reflejó en la información divulgada por la secretaría de prensa de la presidencia oriental. Así tituló la nota sobre la declaración del presidente uruguayo: "Vázquez: Uruguay encontró decidido apoyo en el presidente Lula" y fue generosa con el visitante: "Lula: Brasil asume y comprende planteos uruguayos". Para Uruguay era importante un acercamiento a Lula, que se había mostrado distante de Vázquez cuando éste creía que podía hacer valer el peso de Brasil en el Mercosur para garantizar el libre tránsito con la Argentina, cortado por las protestas contra las papeleras.
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