El gobierno palestino de unión nacional será formado "en menos de una semana", según declaró un consejero del presidente palestino y jefe de Al-Fatah, Mahmoud Abbas, quien tras dos días de intensas reuniones en La Meca firmó anteayer un acuerdo con el líder del grupo islámico radical Hamas, Khaled Mashaal, para compartir el poder. El nuevo gabinete, que estará encabezado por el actual primer ministro, Ismail Haniyeh, de Hamas, tendrá la misión de evitar una guerra civil y deberá sacar de la crisis político-financiera a los territorios palestinos.
Israel y Estados Unidos recordaron ayer a los palestinos que deben aceptar sus tres condiciones para el levantamiento del bloqueo económico: reconocer a Israel y los acuerdos firmados en el pasado con el Estado judío, y renunciar a la violencia. El rechazo de Hamas a aceptar estas exigencias motivó la suspensión de la ayuda financiera occidental a la Autoridad Nacional Palestina, ahora al borde de la asfixia.
El acuerdo que Abbas y Mashaal suscribieron anteanoche, con el auspicio del rey de Arabia Saudita, Abdullah, prohíbe el derrame "de sangre palestina", "afirma la unidad nacional" y "adopta el diálogo como único medio para resolver los conflictos". Además, según el líder de Hamas, representa un cambio en el "lenguaje político" del movimiento islámico. Pero en la declaración final no se hizo ninguna referencia explícita a Israel.
Tal vez por eso la reacción internacional al acuerdo fue cautelosa. Estados Unidos, que encabezó las sanciones económicas, guardó silencio y está a la espera de conocer el documento firmado en La Meca. La UE dijo que lo juzga "de forma positiva pero prudente" y que lo analizará con mucho cuidado. Y la ONU se mostró satisfecha y felicitó a Arabia Saudita. Francia, por su parte, indicó que la comunidad internacional debería respaldar al nuevo gobierno. Gran Bretaña describió la alianza como "interesante", y Rusia advirtió que es hora de levantar el embargo económico, al considerar que es la única manera de "normalizar la situación en los territorios palestinos".
Israel y Estados Unidos recordaron ayer a los palestinos que deben aceptar sus tres condiciones para el levantamiento del bloqueo económico: reconocer a Israel y los acuerdos firmados en el pasado con el Estado judío, y renunciar a la violencia. El rechazo de Hamas a aceptar estas exigencias motivó la suspensión de la ayuda financiera occidental a la Autoridad Nacional Palestina, ahora al borde de la asfixia.
El acuerdo que Abbas y Mashaal suscribieron anteanoche, con el auspicio del rey de Arabia Saudita, Abdullah, prohíbe el derrame "de sangre palestina", "afirma la unidad nacional" y "adopta el diálogo como único medio para resolver los conflictos". Además, según el líder de Hamas, representa un cambio en el "lenguaje político" del movimiento islámico. Pero en la declaración final no se hizo ninguna referencia explícita a Israel.
Tal vez por eso la reacción internacional al acuerdo fue cautelosa. Estados Unidos, que encabezó las sanciones económicas, guardó silencio y está a la espera de conocer el documento firmado en La Meca. La UE dijo que lo juzga "de forma positiva pero prudente" y que lo analizará con mucho cuidado. Y la ONU se mostró satisfecha y felicitó a Arabia Saudita. Francia, por su parte, indicó que la comunidad internacional debería respaldar al nuevo gobierno. Gran Bretaña describió la alianza como "interesante", y Rusia advirtió que es hora de levantar el embargo económico, al considerar que es la única manera de "normalizar la situación en los territorios palestinos".
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