jueves, julio 26, 2007

Programa chavista divide a los militares

Las promociones militares anuales de Venezuela, anunciadas este mes, han estado acompañadas por señales de tensión dentro de las fuerzas armadas, como un discurso del ministro de Defensa saliente que criticó algunas políticas del presidente Hugo Chávez. La brecha principal parece estar entre los oficiales más altos, que favorecen un ejército profesional entrenado para una guerra convencional, y los que favorecen una milicia civil masiva, entrenada para la resistencia de guerrillas contra un ejército de ocupación, como pudieran ser las tropas de Estados Unidos. En una clara señal de que Chávez --que continuamente suscita el espectro de amenazas militares norteamericanas, a pesar de las persistentes negativas de EEUU-- favorece la segunda opción, el presidente la semana pasada reemplazó al ministro de Defensa, general Raúl Isaías Baduel, por el general Gustavo Rangel Briceño, comandante de las reservas. ''El pueblo y los soldados son como uno'', dijo Chávez durante la ceremonia de cambio de comando.
Baduel, uno de los oficiales claves que ayudaron a Chávez en su regreso después de un golpe militar en el 2002, pasó a retiro después de una carrera de 30 años, pero no sin antes hacer una aparente crítica de los esfuerzos del presidente para crear un ``socialismo del siglo XXI''. ''Debemos inventar el socialismo del siglo XXI... pero no en una forma caótica o desordenada'', dijo Baduel en la ceremonia. ''Antes de que redistribuyamos la riqueza, debemos de crearla. No podemos redistribuir lo que no tenemos''. Lanzando puyas a Chávez por controlar todas las ramas del gobierno, agregó: ``Debe estar claro que un sistema socialista de producción no es incompatible con un sistema político profundamente demócrata, con fiscalización y balances, y separación de poderes''. Baduel terminó su discurso sin decir el saludo estilo cubano que Chávez recientemente impuso sobre el ejército: ``Patria, Socialismo, o Muerte''.

Chávez, un ex teniente coronel del ejército, que dirigió un fallido golpe de estado en 1992 antes de ser electo presidente en 1998, ha hecho avanzar su ''revolución'' socialista desde su reelección en diciembre. Aunque los grupos de oposición han aumentado sus protestas, el ejército parece ser leal a Chávez desde el golpe del 2002 en que altos oficiales de las fuerzas armadas detuvieron a Chávez y anunciaron que había renunciado. Con la ayuda de Baduel y otros oficiales, regresó al poder 48 horas después. Desde entonces el presidente ha obligado a los oficiales sospechosos a renunciar o quedarse en casa y promovido a sus partidarios a posiciones clave e incrementado algunos beneficios. Hasta la ceremonia de la semana pasada, Baduel parecía estar firmemente del lado de Chávez y había callado cualquier crítica contra él. Pero sus comentarios de salida, dijeron los analistas, reflejaron las tensiones que hay entre militares que favorecen prepararse para una guerra convencional y otra de guerrilla.

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