miércoles, agosto 29, 2007

BOLIVIA: Ante un callejón sin salida

A diferencia de su amigo y aliado venezolano, el presidente Hugo Chávez, que tiene el camino despejado para alcanzar una reforma constitucional exitosa, Evo Morales sólo encuentra obstáculos en su proyecto de Carta Magna, instrumento vital para imponer su programa de gobierno. La jornada de ayer dejó en evidencia lo que muchos observadores bolivianos habían advertido tiempo atrás. El traslado de la oposición política partidaria tradicional, hoy casi muerta, hacia las regiones o departamentos, protagonistas ayer de un paro sin precedente en la historia de Bolivia. "Es parte de un forcejeo que tiene que ver con la implantación de un nuevo proyecto, autoritario por cierto, por parte del gobierno. Morales desperdició una oportunidad extraordinaria para congregar, agregar, concertar un Estado que estaba en proceso de descomposición.
En cambio inició un gobierno de confrontación, de enfrentamiento con una visión etnocéntrica, andina, indígena, con un menosprecio enorme de los sectores productivos", opinó desde La Paz el analista político Cayetano Llobet. Paralizada desde hace meses, desgastada por la puja en su funcionamiento y con seis meses extra para deliberar, la Asamblea Constituyente, reunida en Sucre, es el flanco débil de La Paz. "Es una copia de la venezolana y con el mismo objetivo: el establecimiento de una suerte de presidencia vitalicia -dice Llobet-. Pero aquí no resultó. Hoy se puede decir que ha fracasado." El otro frente entre oficialistas y opositores es quién asume el costo del fracaso. "Si el gobierno no cede en tratar la propuesta de Sucre como capital plena del país, compromete la vida de la Asamblea. Si cede, es una derrota política", observa Jorge Lazarte, ex juez de la Corte Nacional Electoral, que pronostica más tensión ante "el callejón sin salida en el que está metido el gobierno". "La situación se precariza pero eso no hace peligrar la estabilidad del gobierno. Ocurre que la oposición política no capitaliza los errores de La Paz. Sí lo hace la oposición regional, que es una oposición social y, ahora, política." Los analistas coinciden en que la fuerza de movilización de Morales no disminuyó. "Si hoy hubiera elecciones, Morales ganaría nuevamente, pero debería empezar a temerle a la oposición regional, cada vez más fuerte y novedosa", agrega Lazarte. El economista Gonzalo Chávez define esa situación como "empate catastrófico", que impide el nuevo pacto social y político para reencaminar el equilibrio social y económico. "Tenemos elementos unificadores, como las nacionalizaciones, con cerca del 80 por ciento de aceptación, o el combate a la pobreza -dice Chávez-. El problema son las formas y eso produce desencuentros. También hay grupos radicales, de derecha e izquierda, que apelan a la violencia. Y eso es demasiado peligroso."

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