Japón ha recordado a las 253.008 víctimas de Hiroshima en el 62º aniversario del lanzamiento de la bomba atómica con diferencias sobre la anunciada reforma de la Constitución pacifista, pero total unidad contra la proliferación nuclear. Las 45.000 personas que se concentraron en el Parque de la Paz de Hiroshima guardaron un minuto de silencio a las 8.15 hora local (23.15 GMT), exactamente en el mismo momento en que el 6 de agosto de 1945 EEUU lanzaba sobre esta ciudad la primera bomba atómica contra población civil. Instantes antes se habían instalado en el monumento del parque dos nuevos libros con los nombres de las últimas 5.221 víctimas añadidas este año a la lista del total de personas que perdieron la vida directa o indirectamente por esta tragedia, que el primer año causó la muerte de 140.000 residentes.
El acto conmemorativo, de cerca de una hora, sirvió para rendir homenaje a los fallecidos, para que los supervivientes presentes revivieran los hechos y para mostrar la unidad de todo el espectro político nipón respecto a la conveniencia de que no proliferen las armas nucleares en el mundo. Pero el acontecimiento también evidenció las posturas enfrentadas que mantiene la clase política japonesa sobre el proyecto del primer ministro, Shinzo Abe, líder del Partido Liberal Demócrata (PLD), de reformar de la actual Carta Magna y, en particular, su artículo 9, por el que se renuncia a la guerra y a un Ejército. Esta iniciativa es uno de los pilares clave del programa electoral del primer ministro para esta legislatura.
El alcalde de Hiroshima, Tadatoshi Akiba, del Partido Social Demócrata (PSD), instó al Gobierno a "proteger" la actual Constitución pacifista, de la que, aseguró, Japón debería sentirse "orgulloso", y a "decir claramente no a las equivocadas políticas de Estados Unidos". Una encuesta publicada este año por el diario liberal 'Asahi' con motivo del 60º aniversario de la Carta Magna reveló que el 78% de los japoneses cree que el Artículo 9 había contribuido a la paz en el país durante las últimas seis décadas. Akiba urgió también al Ejecutivo a trabajar por el desmantelamiento de todos los arsenales nucleares del mundo, una "obligación" de Japón, según sus palabras, por ser el único país que ha sufrido la bomba atómica. "Un puñado de líderes pasado de moda"
El alcalde de Hiroshima advirtió de que la actual proliferación nuclear que experimenta el mundo se debe a "un puñado de líderes pasados de moda que están dando su espalda a la realidad de la bomba atómica y el mensaje de los hibakusha (los damnificados japoneses)". "Para que nadie sufra como nosotros", explicó el alcalde, que en un momento de su discurso llegó a asegurar que "Hiroshima era un infierno donde los que consiguieron sobrevivir envidiaban a los muertos". El primer ministro nipón, por su parte, ratificó en su intervención en la ceremonia su determinación para combatir la proliferación nuclear y apostó por mantener los tres principios anti nucleares que Japón abrazó tras la II Guerra Mundial: no posesión, no producción y no circulación por el país de armas nucleares. Abe tuvo que disculparse ante los supervivientes de la bomba de Hiroshima por el malestar e indignación que causaron unas declaraciones del antiguo Ministro de Defensa Fumio Kyuma, quien calificó de "inevitables" las bombas atómicas que Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima y Nagasaki.
"Pido perdón por las declaraciones de Kyuma que causaron tanto dolor a los sentimientos de los hibakusha", aseguró Shinzo Abe a los representantes de siete asociaciones de víctimas. La polvareda que levantó esta frase de Kyuma le acabó costando la cartera, el pasado 3 de julio. El 9 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó una segunda bomba atómica sobre la ciudad de agasaki, donde dentro de tres días se celebrará un acto similar.
Fuente: Diario El Mundo de España
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