El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió ayer una organización “más fuerte para un mundo mejor” que preste “menos atención a la retórica y más a los resultados”, durante la apertura del debate general de la asamblea en Nueva York. “No podemos cumplir con todo, pero eso no significa que no hagamos nada”, afirmó el sudcoreano, que exigió a los 192 jefes de Estado y de gobierno presentes que fortalezcan la secretaría general. “Necesitamos unas Naciones Unidas más rápidas, más flexibles y más ágiles”, afirmó. “Es necesario simplificar, racionalizar y delegar. Tenemos que transformar la manera de trabajar de la ONU”. “El péndulo de la historia se balancea a nuestro favor. El multilateralismo está de vuelta. Un mundo cada vez más interdependiente reconoce que la ONU es el mejor medio, en realidad el único, para afrontar los desafíos del futuro”, afirmó.
Ban advirtió que el planeta enfrentará “sobrecogedores desafíos” durante el próximo año, desde combatir el calentamiento global de la atmósfera y luchar contra la pobreza, hasta poner fin al conflicto en Darfur, un área de Sudán, y promover la paz en el Medio Oriente. Los líderes latinoamericanos que intervinieron ayer ante el pleno de la 62 Asamblea General de la ONU expresaron su preocupación por la emigración, el respeto de los derechos humanos, el cambio climático y el comercio con las potencias industrializadas. El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, que habló después de Ban Ki-moon, y fue el primero de la región en pronunciar su discurso, apostó por los biocombustibles como solución para combatir los problemas del cambio climático.
Lula invitó a los países de todo el mundo a participar en una conferencia internacional sobre biocombustibles que pretende organizar en su país en 2008, para lanzar las bases “de una amplia cooperación mundial en ese sector”. Con el propósito de fomentar la cooperación internacional en favor del medioambiente, Lula convocó para 2012 una nueva cumbre mundial sobre la Tierra en Río de Janeiro en la que, dijo, se revisarán los logros conseguidos desde la celebrada en esa misma ciudad en 1992. La delegación de Cuba, aunque no intervino, protagonizó el gesto que captó mayor atención de la jornada al abandonar el pleno cuando el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dijera ante el pleno de la Asamblea General que “el largo mandato de un cruel dictador está acercándose a su fin” en La Habana. “Bush es un criminal y no tiene autoridad moral, ni credibilidad para juzgar a ningún otro país”, afirmó Cuba en una declaración en la que explicó el retiro de su delegación encabezada por el canciller Felipe Pérez Roque.
Bush nombró a Bielorrusia, Siria, Irán y Corea del Norte como otros “regímenes brutales” que niegan al pueblo sus derechos. También cuestionó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU por criticar excesivamente a Israel y guardar silencio frente a la represión practicada por otros regímenes, de “La Habana a Caracas y de Pyonyang a Teherán”. El presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, respondió a la acusación de EU y atacó a las “potencias arrogantes” del mundo, propuso una coalición por la paz “basada en el monoteísmo y la justicia” y dio por cerrada la polémica sobre sus aspiraciones nucleares. Anoche mismo, la Cámara de Representantes de EU votó a favor de aplicar más sanciones contra Irán, además de llamar al gobierno de Washington a incluir a la Guardia Revolucionaria persa en la lista de organizaciones terroristas. En su intervención en la Asamblea, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, acusó al gobierno de Estados Unidos de dirigir una “tiranía” mundial, en un discurso que recordó las disputas de la guerra fría, al tiempo que defendió el derecho de Teherán a tener un programa nuclear.
Fuente: Diario El Universal de México
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