Creados meses después de la revolución islamista encabezada por el ayatollah Ruhollah Khomeini, los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica o pasdaran son el brazo armado del régimen, dentro y fuera de Irán. Constituida como un contrapeso de las fuerzas armadas que comandaba el derrocado sha Mohammed Reza Pahlevi, la Guardia Revolucionaria opera de manera independiente de las fuerzas regulares. Cuenta con fuerzas terrestres, navales y aéreas propias y está formalmente subordinada al Ministerio de Defensa. Sin embargo, las agencias de inteligencia occidentales creen que el líder supremo del país, el ayatollah Alí Khamenei, encabeza la cadena de mando de la guardia.
Sus cuadros, profundamente ideologizados y fervientes adictos al régimen, tienen el mandato constitucional de preservar la revolución y eliminar cualquier oposición armada, mientras que a las fuerzas armadas regulares les compete la seguridad del territorio. Tras consolidar su poder en pocos años y llevar su número de 30.000 a casi 350.000 soldados en plena guerra con Irak (1980-1988), los pasdaran extendieron sus operaciones al extranjero con la Fuerza Quds, un cuerpo de elite. En la actualidad, la Guardia Revolucionaria interna contaría con 125.000 integrantes, mientras que en las fuerzas de elite para el extranjero operarían entre 2000 y 15.000 agentes. La Fuerza Quds movilizó a agentes de inteligencia y paramilitares en el Líbano en los años 80, donde entrenaron a la milicia chiita Hezbollah; en Afganistán, durante la jihad antisoviética, también en los 80, asesoró a los mujahidines, y en la ex Yugoslavia, brindó apoyó a los musulmanes bosnios contra las fuerzas serbias, entre otros puntos candentes. También se le atribuye a la Fuerza Quds el estallido de un camión bomba en 1996 contra el complejo de las Torres de Khobar, en Arabia Saudita, que mató a 19 miembros del servicio exterior norteamericano.
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