Los días 11 de cada mes hacen presagiar la tragedia en Argelia. Dos atentados suicidas perpetrados con sendos coches bomba se cobraron ayer en Argel al menos 67 muertos y más de un centenar de heridos, según un balance aún provisional de las agencias de prensa que recopilan los datos de fuentes hospitalarias y de protección civil. El recuento oficial sólo reconocía, a última hora de la tarde, 26 víctimas mortales y 177 heridos. Argel vivió ayer escenas de pánico y de tensión similares a las que ya padeció el 11 de abril pasado, cuando la rama magrebí de Al Qaeda logró volar un ala de la sede de la Presidencia del Gobierno y una comisaría, con un balance de al menos 30 muertos y más de 200 heridos. El primer atentado, en el barrio de Ben Aknoun, estaba dirigido contra las sedes del Consejo Constitucional y del Tribunal Supremo, pero las principales víctimas fueron unos estudiantes que poco antes de las diez de la mañana se dirigían en autobús a la universidad.
La segunda explosión se produjo poco después en Hydra, cerca de la sede de dos agencias de la ONU, entre ellas el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Doce de sus empleados, tres de ellos asiáticos, resultaron muertos. El Consejo de Ministros argelino, que se debía reunir ayer, fue suspendido. El primer ministro, Abdelaziz Belkhadem, y el titular de Interior, Yazid Zerhouni, se desplazaron inmediatamente al lugar de los atentados y a los hospitales donde eran ingresados los heridos. "Estamos seguros de que el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate está detrás de esto", declaró Zerhouni.Al Quaeda se atribuyó anoche los atentados en un comunidado en Internet. El presidente Abdelaziz Buteflika recibió, mientras tanto, llamadas de, entre otros, el rey Juan Carlos y del presidente francés, Nicolas Sarkozy, para darle el pésame.
El doble golpe de los suicidas constituye una sorpresa y no sólo porque los atentados fueron perpetrados en dos de los barrios de Argel "con mayor densidad policial por kilómetro cuadrado", como resalta un diplomático. Las fuerzas de seguridad habían ganado puntos estos últimos meses en su lucha contra los terroristas magrebíes. Algunas concentraciones de yihadistas en las montañas de Cabilia fueron diezmadas tras bombardeos y ametrallamientos desde helicópteros. A principios de octubre cayó además, en Cabilia, Hareg Zoheir, supuesto número dos de la organización terrorista. A mediados de noviembre, Bouderbala Fateh, presunto jefe de Al Qaeda en la capital, fue capturado. En total, siete cabecillas han sido neutralizados en dos meses. Con tan sólo cuatro o seis muertos, según las fuentes, achacables a la violencia terrorista, noviembre fue el mes menos mortífero en Argelia desde 1992. Desde principios de año, el número de fallecidos a causa del terrorismo ya rebasa los 500. "No tengo dudas de que la ONU era el objetivo", declaró en Londres António Guterres, jefe del ACNUR. Hasta ahora, los terroristas magrebíes no habían logrado atacar ninguna representación internacional. Al hacerlo, dan la impresión de querer aplicar escrupulosamente las consignas de Ayman al Zawahiri, el número dos de Al Qaeda, que les insta a golpear los intereses occidentales. A sus ojos, la ONU está a las órdenes de Occidente.
Fuente: Diario El País de España
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