viernes, diciembre 21, 2007

ARGENTINA: Preguntas sin respuesta en la causa

Si Guido Antonini Wilson estuvo en la Casa Rosada, como lo afirma una funcionaria del Gobierno, ¿por qué algún juez no investiga con quiénes se entrevistó y cita a esas personas para que declaren en la causa? La segunda pregunta: ¿se animará un juez a entrar en el corazón del poder político? Dos jueces investigan la maniobra, pero ninguno tiene asuntos vinculados con el meollo de la operación que cuestiona la justicia de los Estados Unidos, donde se indicó que el dinero que traía Antonini Wilson era para la campaña presidencial. Por un lado, el juez Jorge Ballestero investiga por el delito de peculado a tres funcionarios: quiere saber por qué el presidente de Enarsa, Exequiel Espinosa, y el entonces titular de Concesiones Viales Claudio Uberti subieron a un avión rentado por el Gobierno a varios funcionarios venezolanos y al norteamericano, que viajaron gratis. La investigación de Ballestero es legítima, pero no tiene por objeto el centro de aquel asunto. Por otro lado, la jueza en lo penal económico Marta Novatti cuando, hace cuatro meses, y sin ningún brío, dio los primeros pasos de la causa, investigó una infracción aduanera y, eventualmente, un contrabando. Tan sólo después, en medio del escándalo, intuyó que podría haberse cometido, también, el delito de lavado de dinero. Tal vez fueron sus dudas las que no le permitieron reaccionar a tiempo y evitar que Antonini Wilson saliera del país.
El ex presidente Néstor Kirchner dijo que el venezolano debería ser extraditado a la Argentina, pero no explica por qué aquél pudo salir del país. Si el dato aportado en septiembre último a la jueza Novatti por Victoria Bereziuk en el sentido de que Antonini Wilson estuvo dentro de la Casa Rosada fuese cierto, la decisión de dejarlo salir del país, en agosto último, adquiere otra interpretación. Novatti era la única que podía haber impedido, en ese mismo momento, su salida. Ahora, ante la trascendencia que cobraron las palabras de Bereziuk la pregunta que debería hacer, como afirman muchos jueces que son sus colegas, es: ¿con quién habló el venezolano en la Rosada? Y, una vez que obtenga ese dato, debería preguntar: ¿qué habló? En definitiva, si ella investiga el lavado de dinero y, un fiscal norteamericano dijo que habría pruebas de que ese dinero era para la campaña política, estaría claro que esos 800.000 dólares entrarían al circuito de la política. Hay, todavía, otra falla: la jueza federal María Servini de Cubría tiene funciones electorales y su tarea es investigar el financiamiento de los partidos. Pero ella, según supo LA NACIÓN en su juzgado, tampoco está dispuesta a inmiscuirse en este asunto porque, dicen, "ya hay dos jueces investigando".

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