lunes, diciembre 10, 2007

La Cumbre de Bali llega a la fase ministerial que debe sentar las bases de un 'Kioto 2'

Con la llegada de 130 ministros de Medio Ambiente y significativos jefes de Gobierno, ha llegado la hora de verdad a la Cumbre de Bali. Con el inicio de la sesiones de alto nivel político hoy lunes, empiezan las negociaciones multilaterales que deben conducir a esta conferencia (COP-13) a aprobar el viernes una hoja de ruta para un nuevo Protocolo de Kioto que sustituya al actual cuando finalice en 2012. En Bali se aborda el mandato de la COP-11 celebrada en Montreal y los acuerdos de la COP-12 de Nairobi. El viernes se debe de acordar el iniciar un proceso de negociación formal a dos años, que incluya un calendario claro y conciso con vistas a alcanzar un acuerdo sobre el régimen climático global a partir de 2012. Esa cumbre, la COP-15, tendrá lugar en Copenhague.

Sin embargo, alcanzar este objetivo no va a ser fácil. Tanto el principal representante de la delegación estadounidense, como los enviados de los principales países emergentes en vías de desarrollo, China e India, ya han manifestado que no se comprometerán en esta cumbre a una reducción de sus emisiones contaminantes. Estos son los cuatro grandes temas a abordar en Bali:
Mitigación. El objetivo es que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y los otros cinco gases de efecto invernadero, no alcancen una concentración en la atmósfera de más 450 partes por millón (ppm). Este es el nivel que los científicos consideran aceptable, con subidas de temperaturas de hasta 2,5ºC. Actualmente ya hay 383,5 ppm.
Adaptación.
También se tendrán que discutir las hojas de ruta para conseguir –y finaciar– otras medidas paliativas del calentamiento global. Una de ellas es la adaptación a los cambios de temperaturas y subidas del nivel del mar. Los países pobres piden ayudas por no ser los culpables del problema y ser, además, los más vulnerables.
Tecnologías.
La transferencia de tecnologías se apunta como una de las fórmulas para que los países en desarrollo puedan alcanzar niveles de bienestar con menos emisiones que en el pasado. Igualmente, los países en vías de desarrollo piden esa transferencia gratuita si se quiere evitar su contribución a las emisiones.
Mecanismos flexibles.
Los Mecanismos de Desarrollo Limpio se han revelado grandes aliados del clima. Con ellos, los países desarrollados pueden descontarse las emisiones de las plantas que generan energía renovable en terceros países. El objetivo es incrementar el número de proyectos y ampliar los mercados de carbono.
Financiación e inversiones.
Se discutirá la creación de distintos fondos para financiar los objetivos. Los contribuyentes netos serán los países desarrollados.
El reto de la Cumbre de Bali es elaborar ese calendario a dos años. En ese plazo los 190 países signatarios del Convenio de Naciones Unidas contra el Cambio Climático, y los 165 firmantes del Protocolo de Kioto deben ponerse de acuerdo en cómo debe ser la segunda fase de Kioto con un probable periodo de vigencia entre 2013 y 2020. Los 190 países se agrupan en bloques más o menos compactos. Estos son:
EEUU y petroleros.
Estos países, denominados anteriormente Grupo Paraguas, mantienen una estrategia que trata de bloquear los acuerdos: siempre ponen peros. EEUU es el único país desarrollado que no ha suscrito Kioto. «No estamos dispuestos a aceptar reducciones obligatorias en Bali», ha declarado este pasado fin de semana Harlan Watson, sugiriendo que la tradicional postura del Gobierno estadounidense es inamovible. Los demás reclaman indemnizaciones si en el futuro se abandonan los combustibles fósiles. Arabia Saudí, con uno de los más elevados PIB, suele interrumpir las cumbres con sus reclamaciones.
China, India, Brasil y G-77.
Es el más heterogéneo y abierto de los bloques, que antiguamente se llamó sólo G-77, por integrarse ese número de países con economías en transición y emergentes. Los tres primeros mantienen una posición contraria a que Kioto-2 les obligue a reducciones concretas. Sólo aceptan reducciones voluntarias, según cada caso, alegando que también tienen derecho al desarrollo y sus ciudadanos emiten menos toneladas per-cápita que los occidentales. China ya es el país con mayores emisiones, pero mientras un chino emite cuatro toneladas año, un estadounidense emite 20, cinco veces más.
Unión Europea.
Los 27 países de la UE acuden una vez más con el empuje y liderazgo que mantienen internacionalmente. Su objetivo básico es mantener esas 450 ppm de CO2 en la atmósfera y para ello proponen reducciones para 2020 entre el 20 y 30%, y del 50-60% para 2050. La UE presionará todo lo posible para que los países emergentes acepten algún tipo de reducción obligatoria, aunque comparten la visión de China de emisiones per-cápita. Si se consiguen estos objetivos, EEUU se verá obligado a apoyar Kioto-2 en 2009, con un nuevo presidente en la Casa Blanca. A la posición de la UE se suman desde su ángulo otros países industrializados como Japón, Canadá y recientemente Australia.
ONG y expertos.
No tienen voto, pero hacen mucho ruido. Sus posiciones son maximalistas: cuanto más se reduzca y cuanto antes, mejor. En general, apoyan a la UE. Son los encargados de dar ambiente a la rigurosidad de las negociaciones y a señalar diariamente con el dedo a los que bloquean los acuerdos. Sus criterios coinciden casi plenamente con los de los científicos desde hace dos décadas. Más de 500 ONG están representadas en Bali, donde esta vez se han sumado con fuerza las de Cooperación al Desarrollo que vinculan la lucha contra el cambio climático con la desaparición de la pobreza.

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