sábado, enero 26, 2008

Dos años después de la victoria de Hamas, nada es lo que es en la Franja de Gaza

Ningún acto recordó el viernes en Gaza el segundo aniversario de la victoria islamista que hizo historia el 25 de enero de 2006. Ni la población, que entregó a Hamas el poder, ni el Movimiento de Resistencia Islámico, que no esperaba un éxito tan arrasador, encontraron motivos para festejar nada. No los tienen: inmersa en una crisis humanitaria que el mundo conoce pero ignora y abandonada por los palestinos de Al Fatah, que financiados por EEUU siguen negociando una paz con Israel a espaldas del millón y medio de habitantes de Gaza y de cuatro millones de refugiados, la Franja muere lentamente.

Antes del triundo electoral, la esperanza de los palestinos radicaba en la denuncia de humanitarios y periodistas. Pero la estrategia israelí de propaganda, que reescribe los hechos y encuentra en la prensa un altavoz que distribuye su mensaje sin apenas cuestionarlo, les arrebata ese derecho.

"Si no tienen gasolina, que caminen". La declaración del primer ministro israelí, Ehud Olmert, sobre la última vuelca de tuerca en el asedio que mantiene su Ejecutivo contra Gaza desde 2006 sonaba despiadada, pero el mensaje que quería transmitir —"no es tan grave"— es el último de una serie de declaraciones destinadas a manipular la realidad y calar en la conciencia colectiva occidental la idea de que los palestinos no están tan mal, de que si lo están no es culpa de Israel sino de Hamas y que, además, tienen lo que se merecen por votar a los islamistas. Tres ideas tan graves como falsas que han tenido éxito en los medios internacionales.

A finales de enero de 2006, medio año después de que Israel diese por finalizada una ocupación militar de casi 40 años —en el lenguaje israelí, a menudo proclive al equívoco, hubo una 'desconexión' y no una retirada de Gaza— Hamas venció unas elecciones calificadas por los observadores internacionales como ejemplares. Días después, Israel congelaba la entrega del dinero mensual que cobra en nombre de los palestinos en concepto de tasas e impuestos aduaneros: casi 40 millones de euros vitales para las arcas palestinas.

Comienza el cerco

Una familia palestina cruza con un burro la frontera con Egipto. (Foto: EFE)
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Una familia palestina cruza con un burro la frontera con Egipto. (Foto: EFE)

A demanda de Tel Aviv, el Cuarteto para Oriente Próximo (EEUU, la UE, la ONU y Rusia) congeló también sus ayudas (280 millones de euros anuales) a la Autoridad Palestina condicionando su reanudación a que Hamas renunciara a la lucha armada. El dinero estaba destinado a pagar a los funcionarios, cuyos sueldos alimentan al 60% de la población.

El objetivo era una crisis económica que empujara a la gente a dar la espalda a Hamas, algo que nunca ocurrió. Los islamistas recabaron dinero entre los países árabes, logrando cantidades considerables que europeos e israelíes les impedían pasar por el cruce de Rafah —entonces supervisado por una misión de la UE y vigilado por Tel Aviv—, el único abierto para ellos. Con sus cuentas congeladas, el pago de los trabajadores se volvió imposible y los ciudadanos de Gaza y Cisjordania comenzaron a vender sus pertenencias para poder alimentarse.

La crisis económica pronto se convirtió en humanitaria. El cerco israelí pronto se tradujo en el cierre de las fronteras —Israel controla los accesos por tierra, mar y aire de la Franja con la excepción de Rafah, la frontera egipcia, cuyo control comparte— castigando a toda la población. De ahí que sorprenda leer titulares como el de hace una semana, "Israel cierra Gaza y Cisjordania", dado que la Franja está clausura 'de facto' para los palestinos desde 2006 y dado que los cisjordanos no tienen el básico derecho del libre tránsito desde hace años.

Continue leyendo el artículo del diario El Mundo de España

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