La elección del ex obispo católico Fernando Lugo como presidente del Paraguay, con el apoyo de una coalición de partidos y movimientos de centro e izquierda, sienta un precedente histórico solo comparable en el continente a la derrota sufrida en el año 2000 por el PRI en México. A semejanza de la victoria de Vicente Fox hace ocho años -tras 71 de hegemonía del PRI-, el triunfo de Lugo pone fin al monopolio del poder por el conservador Partido Colorado, que durante 61 años gobernó al Paraguay con dictadores militares y presidentes civiles, con exclusión y persecución de otras fuerzas políticas.
Con el relevo de los colorados, que hasta hace un año parecía un sueño imposible, concluye el espejismo de la 'transición democrática' que comenzó en febrero de 1989 con el golpe militar que depuso al dictador Alfredo Stroessner y lo reemplazó por el general Andrés Rodríguez, su consuegro y compañero en el Ejército y en las filas del 'coloradismo'. Rodríguez legitimó su presidencia tres meses después en unas elecciones realizadas por la misma organización electoral que había facilitado las 'reelecciones' de Stroessner. Y aunque la presión de la comunidad internacional lo forzó a efectuar una gradual apertura política, nada impidió que los presidentes civiles elegidos después fueran de la misma filiación.
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Con el relevo de los colorados, que hasta hace un año parecía un sueño imposible, concluye el espejismo de la 'transición democrática' que comenzó en febrero de 1989 con el golpe militar que depuso al dictador Alfredo Stroessner y lo reemplazó por el general Andrés Rodríguez, su consuegro y compañero en el Ejército y en las filas del 'coloradismo'. Rodríguez legitimó su presidencia tres meses después en unas elecciones realizadas por la misma organización electoral que había facilitado las 'reelecciones' de Stroessner. Y aunque la presión de la comunidad internacional lo forzó a efectuar una gradual apertura política, nada impidió que los presidentes civiles elegidos después fueran de la misma filiación.
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