Estados Unidos honró ayer, a cuarenta años de su asesinato, a Martin Luther King Jr., el líder negro de la no violencia que urgió al país a alcanzar el "sueño" de la igualdad más allá del color de la piel, el credo o las ideas, con una realidad imposible siquiera de imaginar en el momento de su muerte.
Según un sondeo publicado ayer, el 76% de los norteamericanos cree que su país está listo para elegir al primer presidente negro de su historia. Por su parte, el 63% de los encuestados dijo que estaba preparado para ser gobernado por una mujer.
La estadística resulta aún más notable a la luz de otro dato de la encuesta, elaborada por la firma Opinion Research para la cadena de noticias CNN y la revista Essence: más blancos que negros responden que el país está listo para semejante cambio.
Con su prédica unificadora y sus continuas alusiones a King en su campaña, el precandidato demócrata Barack Obama es visto como un factor decisivo para esa voluntad de cambio que expresan los estadounidenses. En diciembre de 2006, cuando Obama aún no se había lanzado al ruedo, sólo el 14% de los encuestados creía que su nación estaba lista para el salto.
Obama suele abrir sus actos explicando su decisión de competir por la Casa Blanca con una frase de King que recuerda la "urgencia del ahora", la de iniciar de inmediato la larga marcha para corregir la compleja realidad del país con el primer paso.
Ayer, Obama recordó que King fue asesinado mientras se encontraba en Memphis para apoyar una huelga de los basureros que pugnaban por sus derechos laborales y sociales. "Fue una lucha por la justicia económica, por la oportunidad que debería estar disponible para la gente de todas las razas y caminos de la vida", dijo.
El legado de King, no obstante, sigue lejos de haberse completado en Estados Unidos. Por un lado, hay más miembros de la comunidad negra en las universidades y en puestos laborales y políticos de decisión. Pero, por otro, su ratio de pobreza continúa en niveles similares a los de 1968 y aumentó la desigualdad del ingreso.
Una segunda encuesta, de la cadena CBS y el diario The New York Times, muestra que el 81% de los norteamericanos cree que el país marcha en la dirección errónea por la combinación de problemas económicos y la guerra en Irak. Los norteamericanos se confiesan más pesimistas que doce meses atrás, cuando el 69% respondió que el país estaba mal encaminado, y muy por encima de principios de 2002, cuando a pesar de los ataques aún latentes del 11 de Septiembre, sólo el 35% se mostró pesimista.
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Según un sondeo publicado ayer, el 76% de los norteamericanos cree que su país está listo para elegir al primer presidente negro de su historia. Por su parte, el 63% de los encuestados dijo que estaba preparado para ser gobernado por una mujer.
La estadística resulta aún más notable a la luz de otro dato de la encuesta, elaborada por la firma Opinion Research para la cadena de noticias CNN y la revista Essence: más blancos que negros responden que el país está listo para semejante cambio.
Con su prédica unificadora y sus continuas alusiones a King en su campaña, el precandidato demócrata Barack Obama es visto como un factor decisivo para esa voluntad de cambio que expresan los estadounidenses. En diciembre de 2006, cuando Obama aún no se había lanzado al ruedo, sólo el 14% de los encuestados creía que su nación estaba lista para el salto.
Obama suele abrir sus actos explicando su decisión de competir por la Casa Blanca con una frase de King que recuerda la "urgencia del ahora", la de iniciar de inmediato la larga marcha para corregir la compleja realidad del país con el primer paso.
Ayer, Obama recordó que King fue asesinado mientras se encontraba en Memphis para apoyar una huelga de los basureros que pugnaban por sus derechos laborales y sociales. "Fue una lucha por la justicia económica, por la oportunidad que debería estar disponible para la gente de todas las razas y caminos de la vida", dijo.
El legado de King, no obstante, sigue lejos de haberse completado en Estados Unidos. Por un lado, hay más miembros de la comunidad negra en las universidades y en puestos laborales y políticos de decisión. Pero, por otro, su ratio de pobreza continúa en niveles similares a los de 1968 y aumentó la desigualdad del ingreso.
Una segunda encuesta, de la cadena CBS y el diario The New York Times, muestra que el 81% de los norteamericanos cree que el país marcha en la dirección errónea por la combinación de problemas económicos y la guerra en Irak. Los norteamericanos se confiesan más pesimistas que doce meses atrás, cuando el 69% respondió que el país estaba mal encaminado, y muy por encima de principios de 2002, cuando a pesar de los ataques aún latentes del 11 de Septiembre, sólo el 35% se mostró pesimista.
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