Tras casi ochenta días de conflicto, rige el tercer paro del campo contra la política agropecuaria del Gobierno con el freno a la comercialización de granos para la exportación. La medida de fuerza se decidió ayer luego de que el Gobierno ratificara la ruptura del diálogo y el PJ, con Néstor Kirchner al frente, lanzara duras acusaciones al sector. Desde temprano, las entidades agrarias coincidieron en responsabilizar al Gobierno por el retorno a la huelga.
"Equivocación". El presidente de la Rural, Luciano Miguens, cuestionó a la Casa Rosada por las duras acusaciones lanzadas ayer. "Hay una equivocación del Gobierno en las apreciaciones que hace de que hay una intención desestabilizadora y una actitud caprichosa y especulativa [de parte del campo]", opinó. Además, criticó la falta de debate de las retenciones. "El Gobierno se negó a poner el tema en la mesa de discusión y eso aceleró el conflicto. A pesar de tratar de encontrar una solución, no hubo oportunidad de dialogar. Las conversaciones se suspendieron tres veces", se quejó en declaraciones a radio América.
En la misma línea, el segundo de Miguens, Hugo Biolcati, por su parte, aseguró que la vuelta al paro se determinó luego de que la Casa Rosada decidiera “no continuar el diálogo”.
"Hay una campaña muy fuerte de descalificar y dividir a las entidades. Ese es uno de los ataques que estamos recibiendo permanentemente y del cual somos concientes", añadió en declaraciones a radio Continental.
Efecto social. Además, destacó la voluntad del agro de hacer una protesta "lo menos dura posible" para "no perjudicar la vida de la sociedad". También Alfredo De Angeli dio cuenta de la intención del campo de minimizar el posible efecto negativo de la protesta en el ánimo social. "Nosotros no debemos perjudicar al ciudadano común, no desabastecer y creo que con esto de parar la venta de granos de exportación no vamos a hacerlo", evaluó el dirigente de Federación Agraria en declaraciones a radio Uno. En la misma línea que Biolcati, el vice de CRA, Néstor Roulet apuntó contra el oficialismo. "Indiscutiblemente fuimos guiados a esta situación y eso realmente nos preocupa porque lo que nosotros queremos es solucionar el problema", señaló en declaraciones a radio Del Plata.
Por otra parte, los ruralistas advirtieron sobre el malestar y la impaciencia que se vive en las bases y la dificultad para contener el reclamo en las rutas. "Sacada". "La gente está realmente sacada. Dice cosas que lamentablemente dan miedo y que uno como tiene que tratar de apaciguar", advirtió el vicepresidente de CRA, Ricardo Buryaile. Además, acusó al Gobierno por el nuevo escenario de tensión en el que ingresó el conflicto. Tras acusar a la Casa Rosada de haber clausurado “definitivamente” el diálogo, añadió: “Nosotros no creemos más en nada. El Gobierno buscaba esto, sabía que iba a ocurrir, para poder decir que las entidades no conducimos", embistió en declaraciones a radio 10. Buryaile insistió con que "la gente no cree más en nada", pero no obstante, llamó a los productores mantener la calma. "Pedimos a la gente que no corte rutas. No queremos que se corten las rutas", señaló.
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"Equivocación". El presidente de la Rural, Luciano Miguens, cuestionó a la Casa Rosada por las duras acusaciones lanzadas ayer. "Hay una equivocación del Gobierno en las apreciaciones que hace de que hay una intención desestabilizadora y una actitud caprichosa y especulativa [de parte del campo]", opinó. Además, criticó la falta de debate de las retenciones. "El Gobierno se negó a poner el tema en la mesa de discusión y eso aceleró el conflicto. A pesar de tratar de encontrar una solución, no hubo oportunidad de dialogar. Las conversaciones se suspendieron tres veces", se quejó en declaraciones a radio América.
En la misma línea, el segundo de Miguens, Hugo Biolcati, por su parte, aseguró que la vuelta al paro se determinó luego de que la Casa Rosada decidiera “no continuar el diálogo”.
"Hay una campaña muy fuerte de descalificar y dividir a las entidades. Ese es uno de los ataques que estamos recibiendo permanentemente y del cual somos concientes", añadió en declaraciones a radio Continental.
Efecto social. Además, destacó la voluntad del agro de hacer una protesta "lo menos dura posible" para "no perjudicar la vida de la sociedad". También Alfredo De Angeli dio cuenta de la intención del campo de minimizar el posible efecto negativo de la protesta en el ánimo social. "Nosotros no debemos perjudicar al ciudadano común, no desabastecer y creo que con esto de parar la venta de granos de exportación no vamos a hacerlo", evaluó el dirigente de Federación Agraria en declaraciones a radio Uno. En la misma línea que Biolcati, el vice de CRA, Néstor Roulet apuntó contra el oficialismo. "Indiscutiblemente fuimos guiados a esta situación y eso realmente nos preocupa porque lo que nosotros queremos es solucionar el problema", señaló en declaraciones a radio Del Plata.
Por otra parte, los ruralistas advirtieron sobre el malestar y la impaciencia que se vive en las bases y la dificultad para contener el reclamo en las rutas. "Sacada". "La gente está realmente sacada. Dice cosas que lamentablemente dan miedo y que uno como tiene que tratar de apaciguar", advirtió el vicepresidente de CRA, Ricardo Buryaile. Además, acusó al Gobierno por el nuevo escenario de tensión en el que ingresó el conflicto. Tras acusar a la Casa Rosada de haber clausurado “definitivamente” el diálogo, añadió: “Nosotros no creemos más en nada. El Gobierno buscaba esto, sabía que iba a ocurrir, para poder decir que las entidades no conducimos", embistió en declaraciones a radio 10. Buryaile insistió con que "la gente no cree más en nada", pero no obstante, llamó a los productores mantener la calma. "Pedimos a la gente que no corte rutas. No queremos que se corten las rutas", señaló.
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