Se fue Blair, llegó Brown y se atenuó la influencia de Irak en la arena política, pero poco ha importado. El laborismo británico cosechó en las municipales del jueves la peor debacle electoral de su historia reciente. Peor que las de la "era Thatcher" y muy similar a que los conservadores sufrieron en 1995, dos años antes de que Tony Blair barriera del poder al primer ministro John Major.
A la espera que se complete el recuento y que se inicie el escrutunio en la capital, los conservadores ganan 148 ediles más y rondan el 44%. Los laboristas, sin embargo, pierden 212 y se desploman hasta un porcentaje de voto del 24%, que les coloca como tercer partido, por detrás incluso de los liberal-demócratas, que obtienen un 25%. Se espera que al final del día de hoy los "tories" hayan ganado más de 200 ediles y quizá también la Alcaldía de Londres.
Brown ha calificado los resultados de "malos" y "decepecionantes" los resultados de las elecciones municipales en Inglaterra y Gales. "Debemos sacar lo positivo este resultado, vamos a analizar lo que se ha pasado y a seguir adelante", añadió.
Se trata del escenario de pesadilla para el primer ministro, Gordon Brown, cuyo liderazgo estaba de alguna manera a prueba en estos comicios. Lo es aún más si se tiene en cuenta que la última vez que estuvieron en juego estas concejalías fue en los comicios de 2004, con el Partido Laborista en plena resaca de la Guerra de Irak. Brown ha logrado pues lo que parecía imposible: superar la ignominia del resultado de entonces. Y ni siquiera puede achacarlo a un conflicto bélico impopular o al desgaste en el poder de su antecesor.
Los comicios se interpretan pues como un duro voto de castigo a Brown y la prueba de que el líder conservador, David Cameron, empieza a ser visto como una alternativa creíble a sucederle en las próximas generales, que tendrán lugar entre mayo de 2009 y junio de 2010.
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A la espera que se complete el recuento y que se inicie el escrutunio en la capital, los conservadores ganan 148 ediles más y rondan el 44%. Los laboristas, sin embargo, pierden 212 y se desploman hasta un porcentaje de voto del 24%, que les coloca como tercer partido, por detrás incluso de los liberal-demócratas, que obtienen un 25%. Se espera que al final del día de hoy los "tories" hayan ganado más de 200 ediles y quizá también la Alcaldía de Londres.
Brown ha calificado los resultados de "malos" y "decepecionantes" los resultados de las elecciones municipales en Inglaterra y Gales. "Debemos sacar lo positivo este resultado, vamos a analizar lo que se ha pasado y a seguir adelante", añadió.
Se trata del escenario de pesadilla para el primer ministro, Gordon Brown, cuyo liderazgo estaba de alguna manera a prueba en estos comicios. Lo es aún más si se tiene en cuenta que la última vez que estuvieron en juego estas concejalías fue en los comicios de 2004, con el Partido Laborista en plena resaca de la Guerra de Irak. Brown ha logrado pues lo que parecía imposible: superar la ignominia del resultado de entonces. Y ni siquiera puede achacarlo a un conflicto bélico impopular o al desgaste en el poder de su antecesor.
Los comicios se interpretan pues como un duro voto de castigo a Brown y la prueba de que el líder conservador, David Cameron, empieza a ser visto como una alternativa creíble a sucederle en las próximas generales, que tendrán lugar entre mayo de 2009 y junio de 2010.
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