El presidente Evo Morales aseguró ayer que seguirá denunciando la instalación de bases militares norteamericanas en América Latina, porque no se trata de "injerencia", sino de "orientar" a los otros países para la defensa de la soberanía y la dignidad de la región.
Morales hizo esa afirmación, ayer en la localidad de Sicaya (Cochabamba) ante una concentración campesina, a un día de que el Gobierno peruano recurriera a la Organización de los Estados Americanos (OEA) para denunciarlo de realizar "permanentes intromisiones" en asuntos internos de ese país, violando el principio de las relaciones internacionales de la no intervención.
El Gobierno peruano adoptó ese paso después de repetidos pedidos al mandatario boliviano de no inmiscuirse en los asuntos internos de ese país. Morales afirmó hace una semana que Estados Unidos proyecta trasladar a Perú una base militar y llamó al pueblo peruano a impedir ese propósito.
Estas declaraciones fueron desmentidas por las autoridades peruanas e irritaron al presidente de ese país, Alan García, que mandó a callar a su colega boliviano al tiempo que advirtió sobre consecuencias que podrían tener las constantes críticas de Morales al Gobierno de Lima.
El Gobierno peruano en señal de protesta por lo que consideró una "intromisión" llamó a consultas a su embajador en La Paz, Fernando Rojas, quien aún no retornó al país. Morales dijo el jueves pasado que no se ofrecerá disculpas a "neoliberales" en alusión a su par peruano.
Al no tener sus reclamos resultados, el sábado pasado Perú comunicó a la OEA las continuas intromisiones de Presidente de Bolivia en asuntos internos de ese país. "Esperamos que eso sirva (la denuncia ante la OEA) para que en el futuro, el señor Evo Morales se abstenga de seguir interviniendo, incluso, incitando a la rebelión, como lo hizo en sus últimas declaraciones y que aprenda a respetar los principios internacionalmente consagrados", señaló el sábado en Lima, el canciller peruano, José García Belaúnde.
Morales hizo esa afirmación, ayer en la localidad de Sicaya (Cochabamba) ante una concentración campesina, a un día de que el Gobierno peruano recurriera a la Organización de los Estados Americanos (OEA) para denunciarlo de realizar "permanentes intromisiones" en asuntos internos de ese país, violando el principio de las relaciones internacionales de la no intervención.
El Gobierno peruano adoptó ese paso después de repetidos pedidos al mandatario boliviano de no inmiscuirse en los asuntos internos de ese país. Morales afirmó hace una semana que Estados Unidos proyecta trasladar a Perú una base militar y llamó al pueblo peruano a impedir ese propósito.
Estas declaraciones fueron desmentidas por las autoridades peruanas e irritaron al presidente de ese país, Alan García, que mandó a callar a su colega boliviano al tiempo que advirtió sobre consecuencias que podrían tener las constantes críticas de Morales al Gobierno de Lima.
El Gobierno peruano en señal de protesta por lo que consideró una "intromisión" llamó a consultas a su embajador en La Paz, Fernando Rojas, quien aún no retornó al país. Morales dijo el jueves pasado que no se ofrecerá disculpas a "neoliberales" en alusión a su par peruano.
Al no tener sus reclamos resultados, el sábado pasado Perú comunicó a la OEA las continuas intromisiones de Presidente de Bolivia en asuntos internos de ese país. "Esperamos que eso sirva (la denuncia ante la OEA) para que en el futuro, el señor Evo Morales se abstenga de seguir interviniendo, incluso, incitando a la rebelión, como lo hizo en sus últimas declaraciones y que aprenda a respetar los principios internacionalmente consagrados", señaló el sábado en Lima, el canciller peruano, José García Belaúnde.
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