El presunto criminal de guerra Radovan Karadzic ya ocupa una celda en el Tribunal Penal Internacional de La Haya, como la que antes habitó su mentor Slobodan Milosevic. Trasladado en un helicóptero de la policía tras dejar Belgrado de madrugada, Karadzic ha llegado alrededor de las 05.45 GMT (07.45 hora española) a las dependencias penitenciarias del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), según ha confirmado un portavoz del propio tribunal. El serbobosnio comparecerá mañana por primera vez a las 14.00 GMT (16.00 hora española).
Karadzic, que fue presidente de la República Srpska entre 1992 y 1996, estaba detenido desde el pasado día 21, después de ser arrestado por los servicios de inteligencia serbios en las proximidades de Belgrado, donde vivía bajo identidad falsa desde hacía 12 años, con aspecto de incógnito y dedicándose a la medicina alternativa. El ex presidente de los serbios en Bosnia salió en torno a las 02.20 GMT (04.20 hora española) desde el aeropuerto de la capital serbia para ser trasladado hasta el de Rotterdam. De allí se ha dirigido al centro penitenciario de Scheveningen, cerca de La Haya, donde permanecerá hasta que sea juzgado por el TPIY. El tribunal deberá confirmar la fecha de comparencia de Karadzic, aunque el comienzo del juicio tardará en llegar debido a los trámites.
La entrega de Karadzic a la corte de La Haya era una de las condiciones impuestas por la Unión Europea (UE) para levantar suspensión de acuerdos comerciales a Belgrado y acelerar su integración. La presión de la UE sobre Serbia se mantiene pese a la detención del presunto criminal de guerra. Bruselas negó ayer recompensar a Belgrado por segunda vez desde la captura del ex líder serbobosnio. Desde el seno de la UE se considera que es requisito indispensable la total colaboración con el TPIY por parte de las autoridades serbias, y esto pasa por entregar también al general Ratko Mladic.
Karadzic está acusado por el TPIY genocidio y otros crímenes contra la humanidad cometidos durante la guerra bosnia (1992-1995). Sobre él pesan los cargos de algunas de las mayores atrocidades de aquel conflicto, como el genocidio de Srebrenica, donde murieron cerca de 8.000 varones musulmanes. También el asedio de Sarajevo, que masacró a decenas de miles de civiles.
La semana pasada, su abogado, Svetozar Vujacic, anunció que el presunto criminal de guerra se encargará personalmente de su propia defensa ante el TPIY, ya que está convencido de que será absuelto de los cargos de genocidio gracias a la "ayuda de Dios". Vujacic intentó retrasar el proceso de la extradición aunque resultaba imposible impedirlo. Tampoco han servido de nada las marchas y manifestaciones convocadas por los ultranacionalistas en Belgrado, como la que ayer reunió a unos 15.000 serbios en el centro de la ciudad pidiendo "libertad para Serbia, libertad para Radovan".
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Karadzic, que fue presidente de la República Srpska entre 1992 y 1996, estaba detenido desde el pasado día 21, después de ser arrestado por los servicios de inteligencia serbios en las proximidades de Belgrado, donde vivía bajo identidad falsa desde hacía 12 años, con aspecto de incógnito y dedicándose a la medicina alternativa. El ex presidente de los serbios en Bosnia salió en torno a las 02.20 GMT (04.20 hora española) desde el aeropuerto de la capital serbia para ser trasladado hasta el de Rotterdam. De allí se ha dirigido al centro penitenciario de Scheveningen, cerca de La Haya, donde permanecerá hasta que sea juzgado por el TPIY. El tribunal deberá confirmar la fecha de comparencia de Karadzic, aunque el comienzo del juicio tardará en llegar debido a los trámites.
La entrega de Karadzic a la corte de La Haya era una de las condiciones impuestas por la Unión Europea (UE) para levantar suspensión de acuerdos comerciales a Belgrado y acelerar su integración. La presión de la UE sobre Serbia se mantiene pese a la detención del presunto criminal de guerra. Bruselas negó ayer recompensar a Belgrado por segunda vez desde la captura del ex líder serbobosnio. Desde el seno de la UE se considera que es requisito indispensable la total colaboración con el TPIY por parte de las autoridades serbias, y esto pasa por entregar también al general Ratko Mladic.
Karadzic está acusado por el TPIY genocidio y otros crímenes contra la humanidad cometidos durante la guerra bosnia (1992-1995). Sobre él pesan los cargos de algunas de las mayores atrocidades de aquel conflicto, como el genocidio de Srebrenica, donde murieron cerca de 8.000 varones musulmanes. También el asedio de Sarajevo, que masacró a decenas de miles de civiles.
La semana pasada, su abogado, Svetozar Vujacic, anunció que el presunto criminal de guerra se encargará personalmente de su propia defensa ante el TPIY, ya que está convencido de que será absuelto de los cargos de genocidio gracias a la "ayuda de Dios". Vujacic intentó retrasar el proceso de la extradición aunque resultaba imposible impedirlo. Tampoco han servido de nada las marchas y manifestaciones convocadas por los ultranacionalistas en Belgrado, como la que ayer reunió a unos 15.000 serbios en el centro de la ciudad pidiendo "libertad para Serbia, libertad para Radovan".
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