martes, septiembre 09, 2008

Fannie y Freddie: la crisis no ha concluido

Por Paul Krugman en el The New York Times y reproducido en el diario La Nación de Buenos Aires

¿Salvando a los prestamistas inmobiliarios se salva al mundo? Si fuera tan sencillo...

El rescate federal de Fannie Mae y Freddie Mac, las gigantescas instituciones de créditos hipotecarios, era por cierto lo que había que hacer, y además se lo hizo bastante bien. El plan sostendrá a instituciones que desempeñan un rol crucial en la economía, mientras reduce los costos de los contribuyentes y deja casi pelados a los accionistas.

Pero es necesario ver las acciones de anteayer dentro de un contexto mayor, como un intento de la Reserva Federal y el Tesoro de contener las secuelas de la crisis financiera actual. Y ésa es una lucha que ambos parecen estar perdiendo.

Ha pasado mucho desde que Alan Greenspan declaró que era "muy improbable" que hubiera una burbuja habitacional en el nivel nacional. Sin duda, existía una burbuja, y desde que estalló, hace dos años, los precios de las viviendas han caído con mayor rapidez que durante la Gran Depresión.

A su vez, la caída de los precios de las viviendas ha provocado el muy temido fenómeno de "deflación de la deuda". Sí, deflación: los precios aumentan en la caja del supermercado, pero el precio de los valores, que es lo que importa en los balances, cae con rapidez. Tal como señaló el economista Irving Fisher allá por 1993, cuando los individuos y las empresas muy endeudados tienen problemas financieros, usualmente venden sus valores y usan lo recaudado para pagar sus deudas. Sin embargo, lo que Fisher señaló es que esas ventas son contraproducentes cuando todo el mundo hace lo mismo. Si todo el mundo vende sus bienes al mismo tiempo, la caída resultante de los precios del mercado socava la situación financiera de los deudores antes de que pueda cancelarse la deuda. Así, la deflación de los precios de los activos puede convertirse en un círculo vicioso. Y una consecuencia de lo que Fisher denominó "la estampida de ventas" es una severa depresión económica.

Eso es lo que está ocurriendo ahora, y la deflación de la deuda se vuelve aún más grave debido a que los actores financieros clave también fueron financiados: sus bienes y valores fueron comprados con dinero prestado. Tal como expresó Paul McCulley, de Pimco, inversora en bonos y acciones, en un reciente artículo titulado "The Paradox of Deleveraging", últimamente casi todas las instituciones financieras han intentado reducir sus niveles de endeudamiento, pero la caída de los activos, no obstante, ha dejado a estas instituciones con más deuda que antes.

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