Japón, la segunda entre las mayores economías del mundo, ingresó ayer oficialmente en recesión por primera vez desde 2001, después de dos trimestres consecutivos de contracción de su producto bruto interno (PBI). Entre julio y septiembre, la economía se redujo un 0,4%, por lo que el ministro de Economía y Política Fiscal japonés, Kaoru Yosano, confirmó que el país enfrenta "una fase de recesión" sin perspectivas de mejora en el corto plazo debido a la desaceleración económica que afecta al mundo.
De esta manera, Japón sigue los pasos de la Unión Europea y de Estados Unidos, cuyas autoridades hicieron anuncios similares en las últimas semanas. La confirmación de que la economía se había contraído por segundo trimestre consecutivo no sorprendió al gobierno, ni a los medios de prensa ni a los expertos, ya que todos los pronósticos apuntaban a una recesión.
El músculo exportador de Japón se resintió debido a la fortaleza del yen, que se apreció 9,4% frente al dólar desde septiembre. No obstante, los datos de consumo interno se mantuvieron en alza, con un crecimiento de 0,3%, lo que aliviaría relativamente a la economía, ya que este índice supone el 55% del PBI nipón.
El repunte de este indicador tuvo que ver con la coyuntura del verano pasado, en el que las altas temperaturas y los Juegos Olímpicos de Pekín dispararon las ventas de acondicionadores de aire y televisores planos, dos productos que varias compañías japonesas venden en abundancia en todo el mundo y en especial en Japón.
Sin embargo, el descenso de las exportaciones redujo en dos décimas el crecimiento en el tercer trimestre del año, el peor dato en seis años. Además, durante este mismo período, la inversión de capital de las empresas cayó 1,7%.
Para los expertos,lo peor podría estar por venir, debido a las secuelas de la turbulencia financiera mundial, sobre todo la pronunciada caída en la demanda internacional de los vehículos y artículos electrónicos de Japón.
El anuncio de la contracción de la economía japonesa se conoció 48 horas después de finalizada la cumbre del G-20 en Washington, donde los países desarrollados y emergentes se comprometieron a prohibir barreras comerciales proteccionistas por 12 meses y a acordar hacia fines de diciembre sobre la aplazada Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio.
En este contexto, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, admitió ayer que la institución necesitaría US$ 100.000 millones suplementarios para satisfacer las demandas de países afectados por la crisis. "El número de países con problemas ha aumentado de manera dramática, por lo cual necesitamos más recursos", dijo Strauss-Kahn.
El jefe del FMI agradeció el "paso inmenso" que significó el ofrecimiento japonés de un préstamo de US$ 100.000 millones para el organismo multilateral, porque esa suma le permite disponer "de recursos suficientes para enfrentar el problema de hoy".
Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires
De esta manera, Japón sigue los pasos de la Unión Europea y de Estados Unidos, cuyas autoridades hicieron anuncios similares en las últimas semanas. La confirmación de que la economía se había contraído por segundo trimestre consecutivo no sorprendió al gobierno, ni a los medios de prensa ni a los expertos, ya que todos los pronósticos apuntaban a una recesión.
El músculo exportador de Japón se resintió debido a la fortaleza del yen, que se apreció 9,4% frente al dólar desde septiembre. No obstante, los datos de consumo interno se mantuvieron en alza, con un crecimiento de 0,3%, lo que aliviaría relativamente a la economía, ya que este índice supone el 55% del PBI nipón.
El repunte de este indicador tuvo que ver con la coyuntura del verano pasado, en el que las altas temperaturas y los Juegos Olímpicos de Pekín dispararon las ventas de acondicionadores de aire y televisores planos, dos productos que varias compañías japonesas venden en abundancia en todo el mundo y en especial en Japón.
Sin embargo, el descenso de las exportaciones redujo en dos décimas el crecimiento en el tercer trimestre del año, el peor dato en seis años. Además, durante este mismo período, la inversión de capital de las empresas cayó 1,7%.
Para los expertos,lo peor podría estar por venir, debido a las secuelas de la turbulencia financiera mundial, sobre todo la pronunciada caída en la demanda internacional de los vehículos y artículos electrónicos de Japón.
El anuncio de la contracción de la economía japonesa se conoció 48 horas después de finalizada la cumbre del G-20 en Washington, donde los países desarrollados y emergentes se comprometieron a prohibir barreras comerciales proteccionistas por 12 meses y a acordar hacia fines de diciembre sobre la aplazada Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio.
En este contexto, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, admitió ayer que la institución necesitaría US$ 100.000 millones suplementarios para satisfacer las demandas de países afectados por la crisis. "El número de países con problemas ha aumentado de manera dramática, por lo cual necesitamos más recursos", dijo Strauss-Kahn.
El jefe del FMI agradeció el "paso inmenso" que significó el ofrecimiento japonés de un préstamo de US$ 100.000 millones para el organismo multilateral, porque esa suma le permite disponer "de recursos suficientes para enfrentar el problema de hoy".
Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires
No hay comentarios.:
Publicar un comentario