Primero fue el ladrillo. El sector que había tirado del carro en la última década se vino abajo, asfixiado por su propio éxito. La economía real recibió otro golpe en el estómago el segundo trimestre con la primera caída en la inversión en 12 años, aviso de que el empleo sería uno de los grandes damnificados.
Primero fue el ladrillo. El sector que había tirado del carro en la última década se vino abajo, asfixiado por su propio éxito. La economía real recibió otro golpe en el estómago el segundo trimestre con la primera caída en la inversión en 12 años, aviso de que el empleo sería uno de los grandes damnificados. Y ayer se desveló la tercera pata sobre la que descansa la larga recesión que nos aguarda. Las familias españolas consumieron entre julio y septiembre un 1% menos que en el trimestre anterior. Se trata del primer descenso de una partida que supone el 56% del PIB en casi 15 años, desde que España pasó por su anterior crisis.
Las carreteras más despejadas de coches a final de mes o la mayor facilidad para conseguir mesa en los restaurantes son el síntoma de que lo peor está por llegar. Ya se sabía que la economía retrocedió un 0,2% en el tercer trimestre, (con el dato de ayer el 0,24%, para ser exactos). Pero las entrañas del PIB, dadas ayer a conocer por el Instituto Nacional de Estadística, trajeron peores noticias de las esperadas. "La caída del PIB ya era bastante mala, pero los detalles de cómo se descompone son todavía peores", comenta Carlos Maravall, de Analistas Financieros (AFI).
Porque el descenso en la demanda familiar tiene el agravante de que se produjo justo cuando entró en vigor la ayuda fiscal de 400 euros con la que el Gobierno pretendía relanzar el consumo. Objetivo incumplido. "No tenemos ninguna duda de que ha tenido un impacto positivo. El comportamiento del consumo habría sido incluso menos expansivo si no se hubiera tomado esta medida", se justificó el secretario de Estado de Economía, David Vegara.
Pero no es sólo el gasto familiar; la inversión encadena dos trimestres de descensos (el último es mucho mayor, ya que de caer el 0,2% ha pasado al 3,2%), y el empleo, también. Los 19 millones de ocupados suponen un 0,8% menos que los del mismo periodo del año anterior. Otro triste récord que bate el vuelo sin motor de la economía española, ya que el número de ocupados no descendía en tasa anual desde 1994.
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Primero fue el ladrillo. El sector que había tirado del carro en la última década se vino abajo, asfixiado por su propio éxito. La economía real recibió otro golpe en el estómago el segundo trimestre con la primera caída en la inversión en 12 años, aviso de que el empleo sería uno de los grandes damnificados. Y ayer se desveló la tercera pata sobre la que descansa la larga recesión que nos aguarda. Las familias españolas consumieron entre julio y septiembre un 1% menos que en el trimestre anterior. Se trata del primer descenso de una partida que supone el 56% del PIB en casi 15 años, desde que España pasó por su anterior crisis.
Las carreteras más despejadas de coches a final de mes o la mayor facilidad para conseguir mesa en los restaurantes son el síntoma de que lo peor está por llegar. Ya se sabía que la economía retrocedió un 0,2% en el tercer trimestre, (con el dato de ayer el 0,24%, para ser exactos). Pero las entrañas del PIB, dadas ayer a conocer por el Instituto Nacional de Estadística, trajeron peores noticias de las esperadas. "La caída del PIB ya era bastante mala, pero los detalles de cómo se descompone son todavía peores", comenta Carlos Maravall, de Analistas Financieros (AFI).
Porque el descenso en la demanda familiar tiene el agravante de que se produjo justo cuando entró en vigor la ayuda fiscal de 400 euros con la que el Gobierno pretendía relanzar el consumo. Objetivo incumplido. "No tenemos ninguna duda de que ha tenido un impacto positivo. El comportamiento del consumo habría sido incluso menos expansivo si no se hubiera tomado esta medida", se justificó el secretario de Estado de Economía, David Vegara.
Pero no es sólo el gasto familiar; la inversión encadena dos trimestres de descensos (el último es mucho mayor, ya que de caer el 0,2% ha pasado al 3,2%), y el empleo, también. Los 19 millones de ocupados suponen un 0,8% menos que los del mismo periodo del año anterior. Otro triste récord que bate el vuelo sin motor de la economía española, ya que el número de ocupados no descendía en tasa anual desde 1994.
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