lunes, noviembre 24, 2008

Los compromisos del APEC

La cita cumbre del APEC, realizada en Lima, ha culminado con éxito notable. Gracias al esfuerzo desplegado por la comisión de alto nivel que presidió el vicepresidente Luis Giampietri, en el aspecto formal, todo discurrió sin ningún contratiempo y se demostró que el Perú puede ser sede de eventos de la mayor importancia mundial, lo cual es clave en la medida en que nuestro país cobra día a día mayor importancia geoestratégica, tanto en la Cuenca del Pacífico como en el diseño del arco latinoamericano que debe apuntar a una revalorización sustantiva de la importancia de nuestra región en el comercio mundial.

Conceptualmente, lo medular ha sido el compromiso de las 21 economías miembro de rechazar el proteccionismo y promover la transparencia en el gobierno corporativo de sus empresas, liberalizar las inversiones y enfatizar el gasto fiscal de manera contracíclica en tres ámbitos muy puntuales: infraestructura, ayuda social y servicios básicos de la población mientras dure la crisis para no afectar a sectores desprotegidos.

La Declaración de Lima resalta, además, la voluntad colectiva de reimpulsar la postergada agenda del Acuerdo de Doha para reducir la regulación estatal, frenar el proteccionismo y, en suma, facilitar el comercio internacional.

Se ha recogido, asimismo, la propuesta peruana en cuanto a que las gestiones comerciales y empresariales no se desvinculen de las urgencias sociales, laborales y ambientales. Respecto de esto, así como a propósito de otros avances en la formación de una zona de integración comercial (el P-4), debe destacarse la calidad de nuestra diplomacia.

El siguiente paso, sin embargo, es que los países del APEC apliquen acuerdos que, si bien no son vinculantes, resultan urgentes para capear una crisis financiera mundial, ante la cual es crucial promover el libre comercio como instrumento de desarrollo.

Por lo mismo, y en concordancia con todo lo demás tratado en la cumbre del APEC, es imperativo que el Gobierno Peruano imprima mayor velocidad a las inversiones nacionales y extranjeras para fortalecer las obras de infraestructura, que son indispensables para que acuerdos como los TLC beneficien no solo a la costa, sino también al interior de la nación.

Asimismo, de ahora en adelante, sabiendo ya que el entorno internacional es favorable a la posición peruana, pese a los embates de la crisis global, toca hacer una gran concertación para que entre los empresarios privados y el sector público se diseñe un auténtico modelo de desarrollo, que es algo muy diferente al simple modelo económico actual.

Justamente, una de las lecciones claras de la reunión del APEC es que los países no solo deben buscar buenos indicadores macroeconómicos al precio de mantenerse como penosos exportadores de materias primas y tratando de participar, al mismo tiempo, en cualquier tipo de industrias, sin previa planificación.

No podemos contentarnos con lo avanzado en los últimos ocho años, sino definir hacia dónde va a crecer el Perú y cuáles serán las actividades que impulsará el Estado con el apoyo de los empresarios privados, sin descuidar la atención a los más críticos problemas sociales.

Fuente: Editorial del diario El Comercio de Lima

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