En una sorpresiva visita de despedida a Irak, destinada a celebrar la reducción de la violencia, el presidente George W. Bush tuvo ayer un amargo recuerdo de lo impopular que resultan sus políticas cuando un hombre le arrojó dos zapatos durante una conferencia de prensa.
Durante su cuarto y último viaje a Irak antes de dejar en manos de su sucesor, Barack Obama, el desenlace del impopular conflicto que marcó su gobierno, el mandatario advirtió ayer que la guerra "aún no ha terminado", pero subrayó que "la victoria está cerca".
Sin embargo, su visita fue marcada por la agresión de un periodista iraquí durante una conferencia de prensa, que demostró que las heridas en Irak están lejos de cerrarse.
"¡Este es el fin, perro!", gritó el hombre, y le arrojó dos zapatos, uno tras otro. Bush se agachó rápidamente para evadirlos y no fue alcanzado por los proyectiles improvisados.
En la cultura árabe, recibir ataques con zapatos es una señal de profundo desprecio, ya que el agredido es comparado con un perro. Bush se tomó el incidente con humor. "Todo lo que puedo informar es que son talle 10 (el equivalente a 44)´´, bromeó.
El hombre fue identificado después como Muntadar al-Zeidi, corresponsal de la estación de televisión Al-Baghdadia, de propiedad iraquí y con sede en El Cairo. Otros periodistas iraquíes se disculparon en nombre de su colega. Durante las horas que permaneció en Bagdad, Bush se reunió con las principales autoridades iraquíes, el presidente Jalal Talabani y el primer ministro Nouri al-Maliki. Además, visitó a las tropas norteamericanas e insistió en que la invasión que ordenó cinco años atrás fue dura, pero "necesaria para la paz mundial".
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Durante su cuarto y último viaje a Irak antes de dejar en manos de su sucesor, Barack Obama, el desenlace del impopular conflicto que marcó su gobierno, el mandatario advirtió ayer que la guerra "aún no ha terminado", pero subrayó que "la victoria está cerca".
Sin embargo, su visita fue marcada por la agresión de un periodista iraquí durante una conferencia de prensa, que demostró que las heridas en Irak están lejos de cerrarse.
"¡Este es el fin, perro!", gritó el hombre, y le arrojó dos zapatos, uno tras otro. Bush se agachó rápidamente para evadirlos y no fue alcanzado por los proyectiles improvisados.
En la cultura árabe, recibir ataques con zapatos es una señal de profundo desprecio, ya que el agredido es comparado con un perro. Bush se tomó el incidente con humor. "Todo lo que puedo informar es que son talle 10 (el equivalente a 44)´´, bromeó.
El hombre fue identificado después como Muntadar al-Zeidi, corresponsal de la estación de televisión Al-Baghdadia, de propiedad iraquí y con sede en El Cairo. Otros periodistas iraquíes se disculparon en nombre de su colega. Durante las horas que permaneció en Bagdad, Bush se reunió con las principales autoridades iraquíes, el presidente Jalal Talabani y el primer ministro Nouri al-Maliki. Además, visitó a las tropas norteamericanas e insistió en que la invasión que ordenó cinco años atrás fue dura, pero "necesaria para la paz mundial".
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