El primer ministro griego, Costas Caramanlis, ha pedido la condena unánime y el aislamiento para los causantes de los disturbios violentos de los últimos días en Grecia, además ha prometido justicia por la muerte del joven a manos de la policía.
"Nadie tiene derecho a utilizar este suceso trágico como una excusa para las acciones de violencia contra ciudadanos inocentes, sus bienes, contra la policía y la democracia", dijo Caramanlis a la prensa tras reunirse en Atenas con el presidente heleno, Carlos Papulias, para tratar sobre la tensa situación en Grecia.
El primer ministro ha hecho estas declaraciones horas antes de que Grecia enfrente a otra jornada tensa, en la que se celebra el funeral por el joven estudiante Alexandros Grigoropoulos muerto el sábado a manos de la Policía.
Atenas vive una grave ola de disturbios, que ha causado la destrucción e incendio de instalaciones públicas y privadas, en medio de la protesta de miles de personas por la muerte de un joven a manos de la policía griega.
Los manifestantes se retiraron de las calles y el tráfico volvió a la central plaza Syntagma, según imágenes de la televisión. La policía sigue en estado de alerta. Numerosos manifestantes se atrincheraron en la Universidad Técnica. Durante varias horas de este lunes, la policía no logró dispersar a los manifestantes en el centro de la ciudad. Más de 50 personas han sido detenidas y otras 100 han resultado heridos.
Unos 4.000 anarquistas tomaron el centro de la urbe, destruyendo todo lo que encontraron a su paso. Los disturbios surgieron luego de una manifestación pacífica en la que participaron unas 10.000 personas convocadas por el pequeño partido Alianza de los Radicales de Izquierda (SYRIZA) en repudio por la muerte del joven de 15 años.
El jefe de la federación de periodistas, Panos Sombolos, afirmó que se trató de los peores disturbios en sus 30 años de labor periodística. "Aquí impera la guerra", dijo un habitante de la zona afectada en declaraciones telefónicas a medios locales. Al ser preguntado por la localización de los incendios, un bombero entrevistado por la televisión respondió: "Mejor pregúnteme dónde no hay fuego".
El centro de la ciudad se volvió un mar en llamas. Prácticamente todos los locales de las tres principales calles comerciales Panepistimiou, Stadiou y Skoufa, así como en el área de Syntagma, fueron quemados. Dueños y empleados de algunos de estos comercios pedían a gritos ayuda con los ojos en lágrimas por los gases lacrimógenos.
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"Nadie tiene derecho a utilizar este suceso trágico como una excusa para las acciones de violencia contra ciudadanos inocentes, sus bienes, contra la policía y la democracia", dijo Caramanlis a la prensa tras reunirse en Atenas con el presidente heleno, Carlos Papulias, para tratar sobre la tensa situación en Grecia.
El primer ministro ha hecho estas declaraciones horas antes de que Grecia enfrente a otra jornada tensa, en la que se celebra el funeral por el joven estudiante Alexandros Grigoropoulos muerto el sábado a manos de la Policía.
Atenas vive una grave ola de disturbios, que ha causado la destrucción e incendio de instalaciones públicas y privadas, en medio de la protesta de miles de personas por la muerte de un joven a manos de la policía griega.
Los manifestantes se retiraron de las calles y el tráfico volvió a la central plaza Syntagma, según imágenes de la televisión. La policía sigue en estado de alerta. Numerosos manifestantes se atrincheraron en la Universidad Técnica. Durante varias horas de este lunes, la policía no logró dispersar a los manifestantes en el centro de la ciudad. Más de 50 personas han sido detenidas y otras 100 han resultado heridos.
Unos 4.000 anarquistas tomaron el centro de la urbe, destruyendo todo lo que encontraron a su paso. Los disturbios surgieron luego de una manifestación pacífica en la que participaron unas 10.000 personas convocadas por el pequeño partido Alianza de los Radicales de Izquierda (SYRIZA) en repudio por la muerte del joven de 15 años.
El jefe de la federación de periodistas, Panos Sombolos, afirmó que se trató de los peores disturbios en sus 30 años de labor periodística. "Aquí impera la guerra", dijo un habitante de la zona afectada en declaraciones telefónicas a medios locales. Al ser preguntado por la localización de los incendios, un bombero entrevistado por la televisión respondió: "Mejor pregúnteme dónde no hay fuego".
El centro de la ciudad se volvió un mar en llamas. Prácticamente todos los locales de las tres principales calles comerciales Panepistimiou, Stadiou y Skoufa, así como en el área de Syntagma, fueron quemados. Dueños y empleados de algunos de estos comercios pedían a gritos ayuda con los ojos en lágrimas por los gases lacrimógenos.
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