En las inmediaciones del paso de Erez, en la frontera israelí con Gaza, se percibía ayer la magnitud del conflicto. Filas de blindados de la Brigada 75 esperaban la orden de ataque camuflados tras hileras de árboles junto a la frontera. Mientras, la aviación israelí lanzaba misiles provocando tremendas explosiones dentro de la franja de Gaza, visibles desde la distancia.
En las inmediaciones del paso de Erez, en la frontera israelí con Gaza, se percibía ayer la magnitud del conflicto. Filas de blindados de la Brigada 75 esperaban la orden de ataque camuflados tras hileras de árboles junto a la frontera. Mientras, la aviación israelí lanzaba misiles provocando tremendas explosiones dentro de la franja de Gaza, visibles desde la distancia.
Al estruendo de los bombardeos se sumaba el de los cohetes palestinos que aterrizaban desperdigados en distintos puntos del sur de Israel. El fuego cruzado se sucedió durante toda la mañana de ayer. Y poco más allá, en una cafetería de carretera, decenas de jovencísimos soldados desayunaban antes de lanzarse a la batalla.
En principio, el Ejército había diseñado una campaña militar centrada en ataques aéreos masivos. Pero en los últimos días, según explicaron fuentes militares a la prensa israelí, el Ejército ha dejado la puerta abierta a las incursiones terrestres. Israel decidió ayer movilizar hasta 6.000 reservistas con vistas a un incremento de este tipo de ataques, con el consiguiente aumento del riesgo de bajas entre las filas militares.
La terminal fronteriza de Erez, en el norte de la franja de Gaza, amaneció de nuevo cerrada a cal y canto. A pesar de que Israel, de la mano de Ariel Sharon, se retiró de Gaza en 2005, el Estado hebreo controla todos los accesos. Éste es el único paso fronterizo por el que normalmente se permite el paso a personas -sólo diplomáticos, trabajadores humanitarios y periodistas, además de palestinos en posesión de permisos especiales-. Pero desde que el sábado por la mañana comenzara el bombardeo masivo sobre Gaza, Erez permanece cerrado. Los portavoces del Ejército aseguran que una futura apertura dependerá de las evaluaciones militares sobre la situación. De momento, el cierre de Erez ha impedido el acceso de la prensa internacional, y la única información que sale de la franja proviene de los corresponsales de las cadenas árabes que viven en Gaza.
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