Mientras el comandante general del Ejército peruano, Edwin Donayre, volvió a hablar ayer en Chincha para decir que no se arrepiente de sus dichos, en Santiago el Gobierno mantuvo la posición señalada el viernes.
En esa ocasión, junto con retirar la invitación al ministro de Defensa de Perú, Antero Flores-Aráoz, el ministro vocero, Francisco Vidal, expresó que el Gobierno de la Presidenta Bachelet esperaba que el funcionario castrense fuera llamado a retiro antes de la fecha que le corresponde jubilar, como una forma de reparar sus expresiones antichilenas. Ésta es el 5 de diciembre.
Ayer, el jefe militar volvió a hablar sobre el tema. Lejos de manifestarse arrepentido, y hablando en tercera persona, dijo: "el general Donayre no es relevado por corrupto sino simplemente por expresar lo que siente como soldado que ama a su patria, como cualquier otro soldado en un momento de tensión, cuando su soberanía y su integridad territorial se ven amenazadas o se ponen en peligro".
Respecto de las peticiones de dimisión provenientes de Chile, el general respondió: "No voy a ceder a la presión de políticos que no son del Perú, en la cual piden mi renuncia, no es así, señores, no voy a renunciar".
Pero esta vez, Donayre se encontró con el inmediato reproche del primer ministro, Yehude Simon Munaro.
"Es lamentable, yo prefiero que sea el ministro de Relaciones Exteriores (José García Belaúnde) quien hable, y el Presidente de la República (Alan García). Pero yo, a título personal, pienso que es muy lamentable (que haya repetido las expresiones antichilenas). No está ayudando el señor Donayre", planteó.
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