A medianoche, en la Universidad Politécnica de Atenas, decenas de policías antidisturbios repelían con gases lacrimógenos los ataques de grupos de jóvenes. En los alrededores ardían papeleras, contenedores de basuras y demás mobiliario urbano, mientras el acre picor de los gases lacrimógenos obligaba a los escasos viandantes a protegerse tras máscaras o pañuelos humedecidos.
A medianoche, en la Universidad Politécnica de Atenas, decenas de policías antidisturbios repelían con gases lacrimógenos los ataques de grupos de jóvenes. En los alrededores ardían papeleras, contenedores de basuras y demás mobiliario urbano, mientras el acre picor de los gases lacrimógenos obligaba a los escasos viandantes a protegerse tras máscaras o pañuelos humedecidos.
De la furia destructora de los manifestantes no se salvaron los hoteles de la zona. El Meliá Athens, a una manzana de la Politécnica, mostraba dos gigantescos boquetes en la fachada de cristal por donde se colaron los gases. Personal del hotel repartía en recepción pañuelos y suero fisiológico para contrarrestar sus efectos.
El duelo tenía visos de prolongarse. Desde la madrugada del domingo, grupos de encapuchados están escondidos en el recinto de la Politécnica. A ellos se sumaron anoche, "empujados" por los antidisturbios -que al parecer pretenden concentrarlos en un solo lugar-, grupos de incontrolados procedentes de alguna de las manifestaciones que ayer recorrieron el centro de Atenas.
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