Por primera vez en la historia se encontraron ayer en una cumbre los presidentes de América latina y el Caribe. Hasta ahora sólo se veían las caras en las Cumbres de las Américas, convocados por Estados Unidos y sin la presencia de Cuba, en las Iberoamericanas, lideradas por España, o en las birregionales con la Unión Europea. Esta vez se reunieron 29 presidentes latinoamericanos y caribeños (sobre un total de 33) en Costa do Sauípe (nordeste de Brasil) gracias al esfuerzo del presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, que hasta puso aviones a disposición de líderes del Caribe para que vinieran.
Claro que no todo fue maravilhoso . Protagonistas de la Cumbre América Latina Caribe (CALC) reconocieron en privado que poco se puede concertar entre países con orientaciones políticas tan distintas, pero destacaron el mensaje de unidad frente a una crisis mundial originada en Estados Unidos. También admitieron que existen numerosos conflictos bilaterales entre los países de la región, varios de ellos que involucran al anfitrión, pero confiaron en la capacidad de Lula para por lo menos "adormecerlos".
En la cumbre se mezclaron desde los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), que incluye a Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Honduras, hasta los que la semana pasada participaron en Panamá de un encuentro ministerial convocado por el gobierno saliente de George W. Bush para lanzar el Camino para la Prosperidad de las Américas. De esta iniciativa participaron Estados Unidos y todos los países latinoamericanos y caribeños (los centroamericanos, República Dominicana, Colombia, Perú y Chile) con los que firmó tratados de libre comercio (TLC) más un invitado sorpresa: Uruguay, que anhela desde hace años firmar su TLC, que es incompatible con el Mercosur.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, dijo ayer que la región se reúne esta vez "sin tutela imperial". En abril, se celebrará la Cumbre de las Américas, ámbito en el que Estados Unidos siempre ha abogado por la frustrada Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Ante tanta diversidad de intereses, los presidentes buscaron denominadores comunes, como las críticas a los países desarrollados por el calentamiento global, las criminalización de la inmigración ilegal y los subsidios agrícolas. En el borrador de la declaración final de la cumbre, los líderes se manifiestan a favor del "derecho de todo Estado a construir su propio sistema político", en un claro respaldo a Raúl Castro.
Pero la clave de esta cumbre está en el discurso regional a la crisis mundial. "[Los presidentes] recordaron que los países desarrollados fueron los causantes de la crisis y que por ende deben asumir los costos de su solución", dice el borrador de la declaración final. Y añade: "Recordaron también que los países en desarrollo no deben ser penalizados por prácticas financieras no sustentables en los países desarrollados. Defendieron la necesidad de un amplio diálogo internacional, con la participación activa de los países en desarrollo, para la construcción de una nueva arquitectura financiera internacional".
Claro que no todo fue maravilhoso . Protagonistas de la Cumbre América Latina Caribe (CALC) reconocieron en privado que poco se puede concertar entre países con orientaciones políticas tan distintas, pero destacaron el mensaje de unidad frente a una crisis mundial originada en Estados Unidos. También admitieron que existen numerosos conflictos bilaterales entre los países de la región, varios de ellos que involucran al anfitrión, pero confiaron en la capacidad de Lula para por lo menos "adormecerlos".
En la cumbre se mezclaron desde los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), que incluye a Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Honduras, hasta los que la semana pasada participaron en Panamá de un encuentro ministerial convocado por el gobierno saliente de George W. Bush para lanzar el Camino para la Prosperidad de las Américas. De esta iniciativa participaron Estados Unidos y todos los países latinoamericanos y caribeños (los centroamericanos, República Dominicana, Colombia, Perú y Chile) con los que firmó tratados de libre comercio (TLC) más un invitado sorpresa: Uruguay, que anhela desde hace años firmar su TLC, que es incompatible con el Mercosur.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, dijo ayer que la región se reúne esta vez "sin tutela imperial". En abril, se celebrará la Cumbre de las Américas, ámbito en el que Estados Unidos siempre ha abogado por la frustrada Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Ante tanta diversidad de intereses, los presidentes buscaron denominadores comunes, como las críticas a los países desarrollados por el calentamiento global, las criminalización de la inmigración ilegal y los subsidios agrícolas. En el borrador de la declaración final de la cumbre, los líderes se manifiestan a favor del "derecho de todo Estado a construir su propio sistema político", en un claro respaldo a Raúl Castro.
Pero la clave de esta cumbre está en el discurso regional a la crisis mundial. "[Los presidentes] recordaron que los países desarrollados fueron los causantes de la crisis y que por ende deben asumir los costos de su solución", dice el borrador de la declaración final. Y añade: "Recordaron también que los países en desarrollo no deben ser penalizados por prácticas financieras no sustentables en los países desarrollados. Defendieron la necesidad de un amplio diálogo internacional, con la participación activa de los países en desarrollo, para la construcción de una nueva arquitectura financiera internacional".
Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires
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