El presidente ruso Dimitri Medvedev muestra, cada vez con mayor frecuencia, que va por otros caminos que los marcados por el primer ministro Vladimir Putin, su padre político. Recientemente dio lugar a la oposición en la televisión, nombró a un gobernador crítico del Kremlin y criticó al gobierno de Putin.
Para algunos, la política de Medvedev es el comienzo de un alejamiento de Putin. Otros hablan de una ruptura entre ambos. Pero la elite en el poder asegura que la dupla se mantiene unida. En cuestiones armamentísticas, Medvedev sigue fielmente los lineamientos de Putin. El jefe del Kremlin anunció ayer una modernización del arsenal atómico para 2011, pese a los desafíos económicos que afronta el país. Sin embargo, el enemigo a muerte de Putin, el ex oligarca Mikhail Khodorkovsky, observó "cambios institucionales positivos" y una nueva "autoestima" de la justicia rusa.
En su nuevo programa de televisión Conversaciones con el presidente, Medvedev habló abiertamente de "inconvenientes": criticó la existencia de irregularidades electorales y de "estructuras criminales" en la administración municipal; exigió la condena de funcionarios corruptos y se mostró solidario con la población en tiempos de crisis. No obstante, el supuesto reformista liberal aún no pateó el tablero. La politicóloga Olga Kryshtanovskaya tiene dudas sobre la independencia de Medvedev. En situaciones de gran tensión, como la guerra en Georgia y la crisis del gas con Ucrania, se impuso visiblemente el sello de Putin.
Según las encuestas, Putin, como "líder nacional", sigue dirigiendo el Kremlin. Además, Medvedev aún es considerado una marioneta por publicaciones rusas. El jefe del Kremlin es un presidente sin base de poder, opina Kryshtanovskaya, que sostiene que la gente de Putin ocupa el 84% de las posiciones clave.
La lista presentada recientemente por Medvedev con 100 futuros miembros de la cúpula de gobierno muestra una predisposición al cambio. Los analistas ven en esa iniciativa signos de una posible lucha de poder entre el primer ministro y el presidente.
En otro orden, Medvedev parece controlar mejor la peor crisis económica desde los años 90, opina el director de la revista Rusia en la política global , Fiodor Lukianov. La devaluación y el desempleo aumentan las críticas a Putin, y en las protestas callejeras exigen con mayor frecuencia la destitución del premier.
En este contexto, Putin obligó a su vocero, Dimitri Peskov, a desmentir una posible lucha de poder con Medvedev. "Es como buscar en una cuarto oscuro un gato negro que ni siquiera se encuentra allí", dijo Peskov.
Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires
Para algunos, la política de Medvedev es el comienzo de un alejamiento de Putin. Otros hablan de una ruptura entre ambos. Pero la elite en el poder asegura que la dupla se mantiene unida. En cuestiones armamentísticas, Medvedev sigue fielmente los lineamientos de Putin. El jefe del Kremlin anunció ayer una modernización del arsenal atómico para 2011, pese a los desafíos económicos que afronta el país. Sin embargo, el enemigo a muerte de Putin, el ex oligarca Mikhail Khodorkovsky, observó "cambios institucionales positivos" y una nueva "autoestima" de la justicia rusa.
En su nuevo programa de televisión Conversaciones con el presidente, Medvedev habló abiertamente de "inconvenientes": criticó la existencia de irregularidades electorales y de "estructuras criminales" en la administración municipal; exigió la condena de funcionarios corruptos y se mostró solidario con la población en tiempos de crisis. No obstante, el supuesto reformista liberal aún no pateó el tablero. La politicóloga Olga Kryshtanovskaya tiene dudas sobre la independencia de Medvedev. En situaciones de gran tensión, como la guerra en Georgia y la crisis del gas con Ucrania, se impuso visiblemente el sello de Putin.
Según las encuestas, Putin, como "líder nacional", sigue dirigiendo el Kremlin. Además, Medvedev aún es considerado una marioneta por publicaciones rusas. El jefe del Kremlin es un presidente sin base de poder, opina Kryshtanovskaya, que sostiene que la gente de Putin ocupa el 84% de las posiciones clave.
La lista presentada recientemente por Medvedev con 100 futuros miembros de la cúpula de gobierno muestra una predisposición al cambio. Los analistas ven en esa iniciativa signos de una posible lucha de poder entre el primer ministro y el presidente.
En otro orden, Medvedev parece controlar mejor la peor crisis económica desde los años 90, opina el director de la revista Rusia en la política global , Fiodor Lukianov. La devaluación y el desempleo aumentan las críticas a Putin, y en las protestas callejeras exigen con mayor frecuencia la destitución del premier.
En este contexto, Putin obligó a su vocero, Dimitri Peskov, a desmentir una posible lucha de poder con Medvedev. "Es como buscar en una cuarto oscuro un gato negro que ni siquiera se encuentra allí", dijo Peskov.
Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires
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