miércoles, abril 15, 2009

Brasil enfrenta crisis mundial y mala cosecha

Parado frente a su plantación de soya, Antonio Gallego contempla cómo sus peones recogen una cosecha de plantas que crecieron apenas 20 centímetros (ocho pulgadas) en lugar de los dos metros (seis pies) de rutina como consecuencia de una sequía. Esto, combinado con la crisis financiera mundial, implica que perderá $100 por hectárea en la cosecha. ''Este año será de pérdidas totales y el futuro parece muy incierto'', declaró Gallego, quien tiene 43 años y es hijo de uno de los primeros agricultores que se radicaron en este rincón poco desarrollado de Brasil hace algunas décadas. ``No puedo aumentar la zona de cultivos porque no hay crédito. Y si la reduzco, no puedo pagar las cuentas''.

A comienzos del año pasado, los altos precios del petróleo, bajas reservas de alimentos y creciente demanda en los países en desarrollo hicieron subir los precios por las nubes y motivaron disturbios en todo el mundo. Como toda nación agrícola-ganadera, Brasil aumentó su producción y obtuvo enormes ganancias a medida que subían los precios de la soya y otros productos primarios.

Pero ahora el mal tiempo y la crisis económica global pusieron a esta nación de rodillas. Los productos de granos y ganado se desmoronaron, lo que, combinado con una baja en las órdenes de mineral de hierro, acero y automóviles, amenaza con provocar una recesión.

En este pueblo sin semáforos, donde hay más tractores y cosechadoras que automóviles, la mayoría de los agricultores dice que está perdiendo dinero con sus cosechas, que son entre un 20 por ciento y un 60 por ciento más bajas que de costumbre.

Luego del estallido de la crisis financiera mundial a fines del año pasado, Brasil sufrió su peor sequía en más de 20 años, la cual afectó a tres de los cinco principales estados agrícola-ganaderos y a grandes extensiones de tierras cultivables en Argentina y Paraguay. No llovió durante dos meses.

Familias que llevan 30 años cultivando tierras temen perder sus campos. Las restricciones al crédito hacen que resulte difícil adquirir semillas, fertilizantes y maquinaria.

''Algunos van a ir a la quiebra'', declaró Eduardo Riedel, vicepresidente de la principal asociación de la industria agrícola del estado Mato Grosso do Sul, una vasta extensión de tierras cultivadas que bordea con Paraguay. ``Los prestamistas no se animan a dar crédito y la clase media rural no está invirtiendo''.

Ha habido una gran disminución en la demanda de carne, café y soja, la cual es usada como alimento de animales y como un componente importante de cereales, pastas y otros productos alimenticios. La restricción generalizada del crédito hace a su vez que a los países compradores les cueste financiar sus compras.

Se espera que la cosecha de soya genere 57 millones de toneladas métricas, comparado con las 61 millones de toneladas del año pasado. Las exportaciones de carne entre enero y febrero llegaron a las 171 toneladas métricas, lo que representa una disminución grande en relación con las 230 millones de toneladas métricas exportadas en el mismo período en el 2008.

Siga leyendo el artículo del diario El Nuevo Herald de Miami

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