A medida que se conocen nuevos casos de esta forma particular de gripe porcina en todo el mundo, surge la pregunta inevitable: ¿Se trata de la "Gran Pandemia", esa epidemia global de gripe que los expertos en salud vienen anticipando desde hace mucho y que tanto los preocupa? ¿La gripe porcina es el nuevo virus que matará a millones de personas en todo el mundo, como ocurrió con las pandemias de 1918, 1957 y 1968?
Todavía es demasiado pronto para saberlo con certeza.
"Puede tratarse tanto de una situación sanitaria importante, pero sin consecuencias -que podría extinguirse en el transcurso de unas semanas y no aparecer nunca más-, como del punto de partida de una pandemia de influenza, y esa es la mayor dificultad", dijo Michael Osterholm, un importante experto en brotes de gripe de la Universidad de Minnesota. "Por el momento, no tenemos la menor idea de en qué punto entre esos dos extremos nos encontramos. Ese es el problema", agregó.
Los funcionarios de salud están dispuestos a dar todos los pasos necesarios para impedir que el brote dispare una escalada de bajas masivas. La influenza es muy impredecible, y es famoso el error cometido por el gobierno de Estados Unidos en 1976, cuando advirtió sobre una pandemia de gripe porcina que, finalmente, no ocurrió. "Lo primero que uno aprende es que quien intenta predecir el desarrollo de la influenza, sale quemado", dijo Richard Wenzel, hasta hace poco presidente de la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas. Pero durante el fin de semana empezó a cundir el pánico, y los funcionarios de salud se vieron forzados a hacer ese tipo de predicciones.
El epicentro fue México, pero la preocupación internacional se magnificó cuando se conocieron casos en países como Canadá, Francia, Israel, Gran Bretaña y Nueva Zelanda. Mientras tanto, en Estados Unidos no se han registrado muertes por la enfermedad, y todos los pacientes ya se han recuperado o están en vías de hacerlo.
Siga leyendo el artículo de Mike Stobbe de la Agencia AP, con traducción de Jaime Arrambide, publicado en el diario La Nación de Buenos Aires
Todavía es demasiado pronto para saberlo con certeza.
"Puede tratarse tanto de una situación sanitaria importante, pero sin consecuencias -que podría extinguirse en el transcurso de unas semanas y no aparecer nunca más-, como del punto de partida de una pandemia de influenza, y esa es la mayor dificultad", dijo Michael Osterholm, un importante experto en brotes de gripe de la Universidad de Minnesota. "Por el momento, no tenemos la menor idea de en qué punto entre esos dos extremos nos encontramos. Ese es el problema", agregó.
Los funcionarios de salud están dispuestos a dar todos los pasos necesarios para impedir que el brote dispare una escalada de bajas masivas. La influenza es muy impredecible, y es famoso el error cometido por el gobierno de Estados Unidos en 1976, cuando advirtió sobre una pandemia de gripe porcina que, finalmente, no ocurrió. "Lo primero que uno aprende es que quien intenta predecir el desarrollo de la influenza, sale quemado", dijo Richard Wenzel, hasta hace poco presidente de la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas. Pero durante el fin de semana empezó a cundir el pánico, y los funcionarios de salud se vieron forzados a hacer ese tipo de predicciones.
El epicentro fue México, pero la preocupación internacional se magnificó cuando se conocieron casos en países como Canadá, Francia, Israel, Gran Bretaña y Nueva Zelanda. Mientras tanto, en Estados Unidos no se han registrado muertes por la enfermedad, y todos los pacientes ya se han recuperado o están en vías de hacerlo.
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