Los compromisos en materia de ayuda económica y supervisión financiera acordados ayer por el Grupo de los 20 cumplieron las expectativas depositadas por los países de América Latina y además reforzaron la figura del presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva como un referente de la región para todo el mundo. México, Argentina y Brasil ejercieron la representación latinoamericana en Londres, con éxito en la mayoría de sus reivindicaciones, ya que las economías emergentes vieron atendidas gran parte de sus demandas con el billón de dólares comprometido para rescatar a las naciones más necesitadas.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que el acuerdo alcanzado ayer por los jefes de Estado y de Gobierno del G-20 en la cumbre. En una conferencia de prensa tras la cumbre en la capital británica, Lula subrayó que esa importancia histórica reside en que por primera vez los países desarrollados y los emergentes se han sentado en torno a una misma mesa con un objetivo común.
Lula explicó que todo el mundo comprendió la necesidad de finalizar la ronda de Doha para la liberalización comercial, para reducir los efectos de la crisis terminando con el proteccionismo de los países europeos, sobre todo en el sector agrícola, y de Estados Unidos.
El G-20 acordó hoy que la Organización Mundial del Comercio (OMC) y otros organismos multilaterales denuncien a los países que rompan las normas del libre comercio, en un intento de acabar con el proteccionismo. El presidente brasileño consideró esto como un primer paso positivo y se mostró optimista de que pueda ser desarrollado más en el futuro. ''El proteccionismo es como una droga'', dijo, ``tiene momentos de éxtasis y luego se cae en una depresión profunda, donde no se sabe qué va a pasar''. Según Lula, puede ''parecer importante para el comercio'', pero a medio y largo plazo ``es un desastre para la economía mundial''.
El consenso logrado, recalcó, ''es importante para el futuro de la Humanidad''. Lula aseguró que en todos sus años de mandato es la primera vez que asiste a una reunión en la que los países ricos y en desarrollo ''están en igualdad de condiciones'', circunstancia que atribuyó a una crisis global que necesita de una respuesta coordinada.
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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que el acuerdo alcanzado ayer por los jefes de Estado y de Gobierno del G-20 en la cumbre. En una conferencia de prensa tras la cumbre en la capital británica, Lula subrayó que esa importancia histórica reside en que por primera vez los países desarrollados y los emergentes se han sentado en torno a una misma mesa con un objetivo común.
Lula explicó que todo el mundo comprendió la necesidad de finalizar la ronda de Doha para la liberalización comercial, para reducir los efectos de la crisis terminando con el proteccionismo de los países europeos, sobre todo en el sector agrícola, y de Estados Unidos.
El G-20 acordó hoy que la Organización Mundial del Comercio (OMC) y otros organismos multilaterales denuncien a los países que rompan las normas del libre comercio, en un intento de acabar con el proteccionismo. El presidente brasileño consideró esto como un primer paso positivo y se mostró optimista de que pueda ser desarrollado más en el futuro. ''El proteccionismo es como una droga'', dijo, ``tiene momentos de éxtasis y luego se cae en una depresión profunda, donde no se sabe qué va a pasar''. Según Lula, puede ''parecer importante para el comercio'', pero a medio y largo plazo ``es un desastre para la economía mundial''.
El consenso logrado, recalcó, ''es importante para el futuro de la Humanidad''. Lula aseguró que en todos sus años de mandato es la primera vez que asiste a una reunión en la que los países ricos y en desarrollo ''están en igualdad de condiciones'', circunstancia que atribuyó a una crisis global que necesita de una respuesta coordinada.
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