jueves, mayo 21, 2009

Obama: "EE UU había perdido el rumbo"



Convocando a la unidad a una nación aún sacudida por el pasado, Barack Obama insistió este jueves en la necesidad de combatir el terrorismo con las armas de la Constitución, reafirmó su voluntad de cerrar la prisión de Guantánamo y acabar con la tortura como medidas imprescindibles para reconducir por el camino de la ley a una sociedad que "había perdido el rumbo" y a punto estaba de perder también sus "sagrados valores" democráticos.

"Cuando se vio ante una amenaza desconocida, nuestro Gobierno tomó una serie de decisiones precipitadas. En lugar de recurrir al poder de nuestros principios, vimos esos principios como un lujo que ya no podíamos permitirnos. Y en esa época de miedo, demasiados de nosotros -demócratas y republicanos, políticos periodistas y ciudadanos- guardamos silencio. En otras palabras, perdimos el rumbo", dijo Obama en un discurso largo y solemne que trata de devolver a su punto original (la herencia de George Bush) el debate sobre los límites y las contradicciones de la política de seguridad de esta Administración.

El presidente aseguró que lo que él trata de hacer, con Guantánamo y otras medidas controvertidas, como la publicación del dossier sobre torturas y la prohibición de las fotos sobre interrogatorios, es "arreglar el lío" dejado por los anteriores gobernantes.

"Creo que las decisiones [del Gobierno anterior] estaban motivadas por el deseo sincero de proteger al pueblo estadounidense", dijo Obama. "Pero también creo que, con demasiada frecuencia, nuestro Gobierno tomó esas decisiones basado más en el miedo que en la previsión, y que, con demasiada frecuencia, se maquillaron los hechos para adecuarlos a las predisposiciones ideológicas".

La voluntad del presidente, según dijo, no es ahora renunciar a derrotar el terrorismo, sino hacerlo desde una nueva perspectiva, con la convicción de que "nunca, nunca más se dará la espalda a los principios con el pretexto de la eficacia".

Este discurso llega después de varios días en los que Obama ha estado sometido a diversas críticas desde los dos polos del ámbito político por las dificultades surgidas para el cierre de Guantánamo y por el posible riesgo que sus decisiones representan para la seguridad nacional. Este jueves, después de que Obama finalizara su intervención, tomó la palabra el que ha sido el más conspicuo crítico del presidente, el ex vicepresidente Dick Cheney . Ambos personajes vienen librando un duelo dialéctico que apasiona a los periodistas, pero distorsiona el equilibrio entre Gobierno y oposición.

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