El presidente Barack Obama prometió ayer "detectar y perseguir'' a los evasores de impuestos además de investigar sus refugios fiscales en el extranjero. El Presidente hizo los comentarios al anunciar un nuevo plan para reformar el sistema fiscal y cerrar fisuras legales que permiten "pagar menos impuestos si se crea un puesto de trabajo en Bangalore, India, que en Buffalo, Nueva York''. Obama dijo que quiere evitar que las compañías estadounidenses se ahorren pagos de impuestos al mantener sus ganancias en otros países en lugar de reportarlos en Estados Unidos. También pidió más transparencia en cuentas bancarias que los estadounidenses mantienen en paraísos fiscales como las islas Caimán. "Si las instituciones financieras no cooperan con nosotros, asumiremos que están escondiendo dinero en paraísos fiscales y actuaremos acorde'', dijo Obama.
El presidente -- que ya habló del tema durante su campaña electoral -- dijo que su plan generará $210,000 millones en nuevos impuestos en los próximos 10 años y facilitará que las empresas generen empleo en Estados Unidos. La cifra supone una cantidad muy modesta en medio de un déficit federal que se espera llegue a $1.2 billones en el 2010.
Bajo el plan, las empresas no podrían desgravar impuestos en Estados Unidos por generar ganancias en el extranjero. El objetivo es reducir el incentivo que tienen las firmas de dirigir sus operaciones o parte de sus operaciones a otros países. El mandatario añadió que el gobierno está contratando a casi 800 nuevos agentes del Departamento de Tesorería para asentar el nuevo código fiscal. Se espera que el Congreso rechace partes del plan.
El gobierno no pretende revocar todos los beneficios fiscales extranjeros sino que pretende reformar el sistema para que sea más simple, justo y eficaz para individuos y empresas, explicó Obama.
"A nadie le gusta pagar impuestos, particularmente en duros tiempos económicos'', dijo el presidente. ‘‘Pero la mayoría de estadounidenses cumplen con sus responsabilidades porque entienden que es una obligación de la ciudadanía, necesaria para financiar los costes de nuestra defensa común y nuestro bienestar mutuo''. El código fiscal actual, añadió, facilita a un pequeño número de individuos y empresas el abusar de paraísos fiscales en el extranjero para evitar pagar impuestos.
Obama destacó además que está dispuesto a que un programa de crédito fiscal, popular entre empresas, y que en principio expiraba a finales de año sea ahora permanente. El cambio costará a los contribuyentes unos $74,500 millones en los próximos diez años, calcularon varios funcionarios. Sin embargo, asesores de Obama destacaron que el 75 por ciento de esos créditos fiscales cubrirán el coste de los sueldos de trabajadores. Bajo la ley actual, las empresas que operan en el extranjero pagan impuestos si tan sólo reportan sus ganancias de vuelta a Estados Unidos. Si los mantienen en otros países, pueden evitar pagar impuestos de forma indefinida. El plan de Obama, que tomará efecto en 2011, cambiaría eso.
Fuente: Diario El Nuevo Herald de Miami
El presidente -- que ya habló del tema durante su campaña electoral -- dijo que su plan generará $210,000 millones en nuevos impuestos en los próximos 10 años y facilitará que las empresas generen empleo en Estados Unidos. La cifra supone una cantidad muy modesta en medio de un déficit federal que se espera llegue a $1.2 billones en el 2010.
Bajo el plan, las empresas no podrían desgravar impuestos en Estados Unidos por generar ganancias en el extranjero. El objetivo es reducir el incentivo que tienen las firmas de dirigir sus operaciones o parte de sus operaciones a otros países. El mandatario añadió que el gobierno está contratando a casi 800 nuevos agentes del Departamento de Tesorería para asentar el nuevo código fiscal. Se espera que el Congreso rechace partes del plan.
El gobierno no pretende revocar todos los beneficios fiscales extranjeros sino que pretende reformar el sistema para que sea más simple, justo y eficaz para individuos y empresas, explicó Obama.
"A nadie le gusta pagar impuestos, particularmente en duros tiempos económicos'', dijo el presidente. ‘‘Pero la mayoría de estadounidenses cumplen con sus responsabilidades porque entienden que es una obligación de la ciudadanía, necesaria para financiar los costes de nuestra defensa común y nuestro bienestar mutuo''. El código fiscal actual, añadió, facilita a un pequeño número de individuos y empresas el abusar de paraísos fiscales en el extranjero para evitar pagar impuestos.
Obama destacó además que está dispuesto a que un programa de crédito fiscal, popular entre empresas, y que en principio expiraba a finales de año sea ahora permanente. El cambio costará a los contribuyentes unos $74,500 millones en los próximos diez años, calcularon varios funcionarios. Sin embargo, asesores de Obama destacaron que el 75 por ciento de esos créditos fiscales cubrirán el coste de los sueldos de trabajadores. Bajo la ley actual, las empresas que operan en el extranjero pagan impuestos si tan sólo reportan sus ganancias de vuelta a Estados Unidos. Si los mantienen en otros países, pueden evitar pagar impuestos de forma indefinida. El plan de Obama, que tomará efecto en 2011, cambiaría eso.
Fuente: Diario El Nuevo Herald de Miami
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