Los tenedores de bonos de General Motors Corp. rechazaron una oferta de canje de deuda que era clave para la supervivencia del fabricante de autos, lo que dejó a la empresa más cerca de una declaración de bancarrota que podría producirse en los próximos días.
La junta directiva de GM se reunirá a fines de esta semana para decidir el próximo paso de la empresa, luego de que los bonistas echaran por el suelo sus esperanzas de lograr una reestructuración fuera de la corte, informó la empresa el miércoles.
Una vocera de GM afirmó que no sabe de ningún plan para extender o revisar la oferta para convencer a más tenedores de bonos, lo que algunos observadores habían anticipado luego de que GM pactara un acuerdo que le dio a su principal sindicato una participación en la empresa mucho menor que lo que figuraba en la propuesta inicial.
Esa menor participación, junto con una participación mayoritaria y controladora que se le da al gobierno de Estados Unidos, podría haber dado margen para ofrecerles más acciones a los tenedores de bonos.
GM había ofrecido darles a los bonistas 10% de la empresa a cambio de perdonar por lo menos US$ 24.000 millones de la deuda no asegurada de US$ 27.000 millones. Pero el acuerdo requería el apoyo de los bonistas que representan al menos 90% de la deuda, un umbral fijado por el Departamento del Tesoro de EE.UU.
El acuerdo fue un elemento clave del plan de recuperación de GM junto con profundas concesiones por parte del sindicato de trabajadores automotrices, UAW, y un plan para cerrar miles de concesionarios de autos.
Alemania, a su vez, sostuvo una reunión para encontrar respaldo financiero para las operaciones europeas de GM, que incluyen a la marca británica Vauxhall y la alemana Opel. Los candidatos más fuertes para quedarse con estos activos son Fiat y la empresa de autopartes canadiense Magna, según funcionarios del gobierno alemán.
Siga leyendo el artículo del diario The Wall Srteet Journal, Américas, publicado en el diario La Nación de Buenos Aires
La junta directiva de GM se reunirá a fines de esta semana para decidir el próximo paso de la empresa, luego de que los bonistas echaran por el suelo sus esperanzas de lograr una reestructuración fuera de la corte, informó la empresa el miércoles.
Una vocera de GM afirmó que no sabe de ningún plan para extender o revisar la oferta para convencer a más tenedores de bonos, lo que algunos observadores habían anticipado luego de que GM pactara un acuerdo que le dio a su principal sindicato una participación en la empresa mucho menor que lo que figuraba en la propuesta inicial.
Esa menor participación, junto con una participación mayoritaria y controladora que se le da al gobierno de Estados Unidos, podría haber dado margen para ofrecerles más acciones a los tenedores de bonos.
GM había ofrecido darles a los bonistas 10% de la empresa a cambio de perdonar por lo menos US$ 24.000 millones de la deuda no asegurada de US$ 27.000 millones. Pero el acuerdo requería el apoyo de los bonistas que representan al menos 90% de la deuda, un umbral fijado por el Departamento del Tesoro de EE.UU.
El acuerdo fue un elemento clave del plan de recuperación de GM junto con profundas concesiones por parte del sindicato de trabajadores automotrices, UAW, y un plan para cerrar miles de concesionarios de autos.
Alemania, a su vez, sostuvo una reunión para encontrar respaldo financiero para las operaciones europeas de GM, que incluyen a la marca británica Vauxhall y la alemana Opel. Los candidatos más fuertes para quedarse con estos activos son Fiat y la empresa de autopartes canadiense Magna, según funcionarios del gobierno alemán.
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