“No sé todavía qué vamos a hacer. Eso lo manejan los coordinadores de los grupos”, dijo a la agencia AFP Pablo Pérez, un campesino que cruzó a Nicaragua burlando el cerco militar dispuesto en la frontera. Pérez, oriundo de Colón, es uno de más de 300 seguidores de Zelaya que se hallan en Ocotal para formar una resistencia cívica contra el gobierno de Roberto Micheletti.
Mel anunció el miércoles que formaría con sus seguidores un “ejército popular” en fincas aledañas a la ciudad, para que lo acompañen en su tercer intento de retorno a Honduras. El jueves partió a Managua y delegó en Carlos Reina la organización y el entrenamiento de sus “soldados” en Ocotal. “No hemos recibido capacitaciones”, dijo Rubén Ortiz, un campesino de 60 años a quien, poco después, un correligionario le ordenó callarse.
Por ahora, simplemente vamos a divertirnos, a distraernos, vamos a hacer las milicias (aquí en Ocotal), pero nada de armas”, comentó, camino a su albergue, Arnoldo Moreno, otro de los campesinos. Entre los “zelayistas” hay campesinos pobres, jóvenes de apariencia forajida y algunas mujeres que ayer buscaban cansadas quien las ayudara a regresar a sus casas porque tienen miedo de ser detenidas por los militares por haber cruzado la frontera por puntos ciegos.
Zelaya advirtió ayer “o se revierte el golpe o viene la violencia generalizada”. “Los pueblos tienen derecho a la protesta, a la insurrección, tal es el caso del pueblo hondureño, que está siendo reprimido brutalmente”, dijo.
Siga leyendo el artículo del diario La Prensa de San Pedro Sula, Honduras
Mel anunció el miércoles que formaría con sus seguidores un “ejército popular” en fincas aledañas a la ciudad, para que lo acompañen en su tercer intento de retorno a Honduras. El jueves partió a Managua y delegó en Carlos Reina la organización y el entrenamiento de sus “soldados” en Ocotal. “No hemos recibido capacitaciones”, dijo Rubén Ortiz, un campesino de 60 años a quien, poco después, un correligionario le ordenó callarse.
Por ahora, simplemente vamos a divertirnos, a distraernos, vamos a hacer las milicias (aquí en Ocotal), pero nada de armas”, comentó, camino a su albergue, Arnoldo Moreno, otro de los campesinos. Entre los “zelayistas” hay campesinos pobres, jóvenes de apariencia forajida y algunas mujeres que ayer buscaban cansadas quien las ayudara a regresar a sus casas porque tienen miedo de ser detenidas por los militares por haber cruzado la frontera por puntos ciegos.
Zelaya advirtió ayer “o se revierte el golpe o viene la violencia generalizada”. “Los pueblos tienen derecho a la protesta, a la insurrección, tal es el caso del pueblo hondureño, que está siendo reprimido brutalmente”, dijo.
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