El gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva advirtió ayer que se considera "frustrado" con la política de Washington para América latina, un día después de haber recibido críticas de Estados Unidos por la visita del mandatario iraní, Mahmoud Ahmadinejad, a Brasil.
El principal asesor de Lula para Asuntos Exteriores, Marco Aurelio García, afirmó que el gobierno de Barack Obama ha dejado una cierta "decepción" en su primer año de mandato, y citó la política hacia Honduras, el estancamiento en la Ronda de Doha y la falta de compromisos sobre el cambio climático como factores que han provocado "frustración" en Brasil.
"Entendemos que el presidente Obama enfrenta una situación interna difícil, y eso está provocando una cierta frustración. El presidente Lula continúa con expectativas de un buen relacionamiento con Estados Unidos, pero hay un cierto sabor de decepción que esperamos sea revertido", declaró García a periodistas.
Una de las cosas que más incomodaron a Brasil fue la decisión del gobierno de Obama de considerar legítima la elección presidencial en Honduras, que tendrá lugar el próximo domingo, pese a que aún no ha sido restituido en el poder el depuesto Manuel Zelaya, una condición pedida por Brasilia para reconocer esos comicios.
El retorno de Zelaya a la presidencia de Honduras es reclamado por líderes latinoamericanos y por el propio gobierno estadounidense desde el comienzo de la crisis desatada con el golpe de Estado del 28 de junio pasado.
"Nos parece lamentable que se quiera limpiar un golpe de Estado con un proceso de elección que se realiza en un país que vivió virtualmente un estado de sitio estos últimos meses", declaró.
Y al citar que Washington había dado su visto bueno a las elecciones del próximo domingo García comentó que "eso no es bueno para el diálogo de Estados Unidos con América latina".
En la misma línea que defiende el canciller brasileño, Celso Amorim, García apuntó a la falta de atención de la administración estadounidense a la región.
"Cuando Estados Unidos mire para la América latina, podrá llegar a la conclusión de que está mirando demasiado tarde. Eso es un problema para Estados Unidos -dijo-. Todo ese clima favorable que se creó con la elección de Obama comienza a deshacerse."
Las críticas hacia la Casa Blanca llegaron un día después de que Lula recibiera a Ahmadinejad, en un encuentro cuestionado por Washington con el argumento de que debilitaría la presión de Occidente sobre Teherán por su programa nuclear.
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El principal asesor de Lula para Asuntos Exteriores, Marco Aurelio García, afirmó que el gobierno de Barack Obama ha dejado una cierta "decepción" en su primer año de mandato, y citó la política hacia Honduras, el estancamiento en la Ronda de Doha y la falta de compromisos sobre el cambio climático como factores que han provocado "frustración" en Brasil.
"Entendemos que el presidente Obama enfrenta una situación interna difícil, y eso está provocando una cierta frustración. El presidente Lula continúa con expectativas de un buen relacionamiento con Estados Unidos, pero hay un cierto sabor de decepción que esperamos sea revertido", declaró García a periodistas.
Una de las cosas que más incomodaron a Brasil fue la decisión del gobierno de Obama de considerar legítima la elección presidencial en Honduras, que tendrá lugar el próximo domingo, pese a que aún no ha sido restituido en el poder el depuesto Manuel Zelaya, una condición pedida por Brasilia para reconocer esos comicios.
El retorno de Zelaya a la presidencia de Honduras es reclamado por líderes latinoamericanos y por el propio gobierno estadounidense desde el comienzo de la crisis desatada con el golpe de Estado del 28 de junio pasado.
"Nos parece lamentable que se quiera limpiar un golpe de Estado con un proceso de elección que se realiza en un país que vivió virtualmente un estado de sitio estos últimos meses", declaró.
Y al citar que Washington había dado su visto bueno a las elecciones del próximo domingo García comentó que "eso no es bueno para el diálogo de Estados Unidos con América latina".
En la misma línea que defiende el canciller brasileño, Celso Amorim, García apuntó a la falta de atención de la administración estadounidense a la región.
"Cuando Estados Unidos mire para la América latina, podrá llegar a la conclusión de que está mirando demasiado tarde. Eso es un problema para Estados Unidos -dijo-. Todo ese clima favorable que se creó con la elección de Obama comienza a deshacerse."
Las críticas hacia la Casa Blanca llegaron un día después de que Lula recibiera a Ahmadinejad, en un encuentro cuestionado por Washington con el argumento de que debilitaría la presión de Occidente sobre Teherán por su programa nuclear.
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