El expediente judicial con las pruebas del caso de espionaje chileno en contra de Perú consta de 2.000 folios y será entregado a Chile este miércoles y no el martes como se anunció previamente, dijo a la AFP el canciller José García Belaunde.
"La entrega de la documentación suma 2.000 folios y se hará este miércoles en la cancillería al encargado de negocios de Chile en Lima", afirmó el jefe de la diplomacia peruana contactado por teléfono por la AFP.
El canciller explicó la demora "porque a la fiscalía peruana le ha tomado mucho tiempo la certificación de cada uno de los 2.000 folios por lo que no será posible entregarlo hoy (martes)".
Según el canciller, entre los documentos a entregarse se incluyen pruebas respecto a que el suboficial de la Fuerza Aérea Peruana (FAP) Víctor Ariza, principal acusado de espiar a favor de Chile, recibía 3.000 dólares mensuales que provenían de Santiago.
"Los documentos son todo el proceso (...) llevado a cabo por la justicia: quién contactó a Ariza, cómo lo contactó, cómo le llegaba el dinero" desde Chile, explicó el canciller peruano.
Hora antes la cancillería había anunciado que entregaría este martes a Chile las pruebas del caso de espionaje, en que están comprometidos al menos dos peruanos y dos chilenos, en medio de reclamos de sectores políticos pidiendo la suspensión de las relaciones diplomáticas entre Lima y Santiago por este caso.
"Estamos en un punto delicado, un punto bajo de la relación bilateral", admitió García Belaunde, quien sin embargo afirmó que "se van a mantener las relaciones diplomáticas con Chile".
"No hay la menor duda de la contundencia de las pruebas, las propias autoridades chilenas no podrán negarlo", subrayó Rafael Rey, ministro de Defensa, quien acotó que "las inversiones chilenas en Perú están seguras y son beneficiosas porque dan trabajo a peruanos".
El gobierno de Santiago ha negado enfáticamente cualquier vinculación con Ariza, cuya detención por cargos de espionaje fue conocida el jueves pasado.
"Este señor entregó a Chile documentación secreta de las fuerzas armadas" y tenía la complicidad de dos ciudadanos chilenos, "al menos uno de ellos militar", agregó García Belaunde.
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