En los 40 años transcurridos desde que Richard Nixon declarara una "guerra contra las drogas", su oferta y demanda no han variado de modo significativo. La única diferencia es el costo que esto acarrea para los contribuyentes estadounidenses: más de un billón de dólares (millón de millones).
Un alto funcionario mexicano que lleva más de dos décadas en la lucha del gobierno contra el narcotráfico resumió recientemente lo que había aprendido en su dilatada carrera: "no se puede ganar esta guerra".
Hace apenas unos días, fuerzas especiales de la Armada de México ingresaron a un edificio de departamentos de lujo y asesinaron a Arturo Beltrán Leyva, un narcotraficante cuya organización había ayudado a transportar a Estados Unidos cocaína y marihuana por varios miles de millones de dólares durante los últimos 10 años, según la Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA por sus siglas en inglés).
Días después de la muerte de Beltrán Leyva, funcionarios mexicanos intentaban predecir quién ocuparía su lugar. Casi nadie esperaba que su asesinato moderara el narcotráfico o la horrenda violencia ligada a este fenómeno, que en los últimos tres años ha cobrado 15.000 víctimas.
Un número creciente de funcionarios mexicanos y estadounidenses señalan, al menos en privado, que el principal golpe que se le puede asestar al negocio de los carteles mexicanos de la droga es legalizar su principal producto: la marihuana. La droga más popular del mundo representa más de la mitad de los ingresos de los carteles mexicanos.
"En términos económicos, no hay ningún argumento o solución, salvo la legalización, al menos de la marihuana", señala un alto funcionario mexicano. Añade que tal medida trasladaría casi la totalidad de la producción de marihuana a lugares como California, donde se puede cultivar en forma más eficiente y más cerca de los consumidores. "El objetivo de México debería ser transformar a EE.UU. en un país autosuficente en cuanto a la marihuana", dice con una sonrisa irónica.
No es el único que piensa así. Tres respetados ex presidentes latinoamericanos, Ernesto Zedillo, César Gaviria y Fernando Henrique Cardoso, señalaron en un editorial que los gobiernos deberían evaluar seriamente la legalización de la marihuana como una herramienta efectiva para combatir los violentos carteles del narcotráfico.
Siga leyendo el artículo del diario The Wall Street Journal, Américas, publicado en el diario La Nación de Buenos Aires
Un alto funcionario mexicano que lleva más de dos décadas en la lucha del gobierno contra el narcotráfico resumió recientemente lo que había aprendido en su dilatada carrera: "no se puede ganar esta guerra".
Hace apenas unos días, fuerzas especiales de la Armada de México ingresaron a un edificio de departamentos de lujo y asesinaron a Arturo Beltrán Leyva, un narcotraficante cuya organización había ayudado a transportar a Estados Unidos cocaína y marihuana por varios miles de millones de dólares durante los últimos 10 años, según la Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA por sus siglas en inglés).
Días después de la muerte de Beltrán Leyva, funcionarios mexicanos intentaban predecir quién ocuparía su lugar. Casi nadie esperaba que su asesinato moderara el narcotráfico o la horrenda violencia ligada a este fenómeno, que en los últimos tres años ha cobrado 15.000 víctimas.
Un número creciente de funcionarios mexicanos y estadounidenses señalan, al menos en privado, que el principal golpe que se le puede asestar al negocio de los carteles mexicanos de la droga es legalizar su principal producto: la marihuana. La droga más popular del mundo representa más de la mitad de los ingresos de los carteles mexicanos.
"En términos económicos, no hay ningún argumento o solución, salvo la legalización, al menos de la marihuana", señala un alto funcionario mexicano. Añade que tal medida trasladaría casi la totalidad de la producción de marihuana a lugares como California, donde se puede cultivar en forma más eficiente y más cerca de los consumidores. "El objetivo de México debería ser transformar a EE.UU. en un país autosuficente en cuanto a la marihuana", dice con una sonrisa irónica.
No es el único que piensa así. Tres respetados ex presidentes latinoamericanos, Ernesto Zedillo, César Gaviria y Fernando Henrique Cardoso, señalaron en un editorial que los gobiernos deberían evaluar seriamente la legalización de la marihuana como una herramienta efectiva para combatir los violentos carteles del narcotráfico.
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