Un día después del doble atentado suicida que ayer mató a 39 personas en el Metro de Moscú, las fuerzas de seguridad rusas siguen buscando a tres presuntos cómplices de las autoras de la matanza. El Servicio Federal de Seguridad sostiene que los dos ataques fueron organizados por grupos terroristas del Cáucaso Norte y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, avanzó ayer que el Gobierno baraja la posibilidad de que miembros de Al Qaeda, milicianos islamistas refugiados en la frontera entre Afganistán y Pakistán, hayan participado en el ataque.
Lavrov no mencionó ayer directamente a Al Qaeda, pero si se refirió explícitamente a un habitual feudo de la red terrorista que lidera Osama Bin Laden, según ha informado la agencia rusa Interfax. "Todos sabemos que en la frontera afgano paquistaní, en la denominada tierra de nadie, los terroristas ilegales están bien afianzados", afirmó el ministro. "Sabemos que muchas de esas personas conspiran activamente para cometer ataques, no sólo en Afganistán, sino también en otros países", explicó, al tiempo que recordó que algunos de estos vínculos llevan al Cáucaso .
El presidente ruso, Dmitri Medvédev , declaró ayer tras los atentados una guerra sin cuartel contra el terrorismo, al tiempo que lamentó que las medidas antiterroristas adoptadas hasta ahora fueran "obviamente, insuficientes". "La política de aplastamiento del terror en nuestro país y la lucha contra los terroristas continuará. Proseguiremos las operaciones contra los terroristas sin vacilaciones y hasta el final", subrayó Medvédev.
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