La capilla ardiente del presidente polaco se abrirá al público mañana martes. Las autoridades provisionales de Varsovia están apurando las horas tratando de ganar tiempo para intentar cumplir el deseo de su hija, Marta Kaczynski, que ha pedido la celebración conjunta del funeral de su padre y de su madre.
La esposa del presidente, María, que tan fielmente permaneció junto a Lech en los momentos de más duros ataques políticos, no figura aún entre los cuerpos identificados y no es seguro que llegue a tiempo. Lo que sí es seguro es que el funeral de Estado se celebrará el próximo sábado en la plaza Pilsudzki.
Desde Moscú, el presidente Dimitri Medvedev ha expresado su deseo de asistir al funeral, insistiendo en los gestos de apoyo incondicional con el que Rusia, en las últimas horas, está llegando al corazón de los polacos y que quizá consiga terminar con una enemistad histórica.
Mientras tanto, la alfombra de flores y velas ante el Palacio Presidencial alcanza ya dos manzanas más y proliferan sin cesar los puestecillos de flores rojas y blancas, los colores de la bandera de Polonia.
Los periódicos polacos regalan hoy, en los kioscos, banderas nacionales y fotografías tamaño póster del presidente y su esposa que inmediatamente comienzan a aparecer en las ventanas de los coches y de las casas.
De momento, el sábado es la fecha prevista para los funerales, aunque podría cambiar si la repatriación de los cadáveres se retrasa, según confirmó a la agencia France Presse Elzbieta Jakubiak, diputado del Partido Derecho y Jusitica y ex jefe de Gabinete de Kaczynski.
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